Una veintena de localidades pacenses se preparan para reciclar los residuos orgánicos a partir del mes de febrero
Este lunes se iniciaban las acciones en Barcarrota y Palomas y, de forma consecutiva, el personal de educación ambiental del consorcio hará lo propio en Puebla de la Reina, Cheles, La Coronada, Medellín, Hornachos, La Haba, Táliga, Mengabril y Santa Amalia.
El Consorcio Promedio de la Diputación de Badajoz continúa desarrollando los trabajos técnicos e informativos para extender el contenedor marrón en la provincia y, durante el mes de febrero, se van iniciar las campañas de sensibilización y el reparto de materiales para facilitar la separación de los residuos orgánicos en 21 localidades, que agrupan a un total de 26.000 habitantes.
En concreto, este lunes se iniciaban las acciones en Barcarrota y Palomas y, de forma consecutiva, el personal de educación ambiental del consorcio hará lo propio en Puebla de la Reina, Cheles, La Coronada, Medellín, Hornachos, La Haba, Táliga, Mengabril y Santa Amalia.
La campaña continuará por Magacela, Valle de la Serena, Valle de Matamoros, Peraleda del Zaucejo, Campillo de Llerena, La Codosera, Valdehornillos, Retamal de Llerena y Barbaño, para finalizar con una jornada de reparto de materiales en la pedanía de Campanario La Guarda.
El lema que acompaña a la campaña informativa es 'En la orgánica está la solución' y pretende inculcar entre la ciudadanía la práctica de la separación de la orgánica en origen, según indica la diputación pacense en una nota de prensa en la que ha señalado que si se consigue que estos restos orgánicos vayan al contenedor marrón y se mejoran también las cifras del amarillo y del azul, se cumplirá "seguro" con los objetivos marcados por la Unión Europea y la Ley 7/2022 española en materia de reciclaje.
Así, los restos orgánicos deberán depositarse en los nuevos contenedores marrones que se distribuirán en las calles de estas 21 poblaciones a finales de febrero. Para ello, se repartirán puerta a puerta 'kits de la orgánica' compuestos por cubos de 10 litros de capacidad, bolsas compostables y llaves para abrir los contenedores de calle.
También se adjuntarán trípticos explicativos, imanes de nevera, cartelería y cartas informativas. Al mismo tiempo, se organizarán puntos informativos para la entrega de los materiales para quienes no tengan la oportunidad de recibirlos en casa.
Por otro lado, los puntos de generación especial de materia orgánica, como los negocios de hostelería, las residencias o comedores escolares, dispondrán de un cubo de 60 litros que podrán utilizar en su actividad para después depositar la bolsa en los recipientes de las calles, siempre embolsados.
Dentro de estos contenedores marrones solo deben depositarse los restos de comida (cruda o cocinada), peladuras de frutas y verduras, restos de infusiones y posos de café, servilletas manchadas de comida o aceite, pequeños restos de jardinería, palillos y palos de helados de madera.