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Un investigador de la UEx analiza la toxicidad de los contaminantes ambientales para la salud humana

Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, en torno al 90 por ciento de la población urbana de la Unión Europea está expuesta a una contaminación atmosférica nociva para su salud.

Redacción

Extremadura | 06.06.2023 04:13

Industria emite gases contaminantes a la atmósfera | Sinc

El investigador y toxicólogo de la Universidad de Extremadura (UEx) Francisco Iñesta ha analizado los mecanismos de toxicidad de los contaminantes ambientales presentes en el aire de las ciudades y el estudio en modelos de ratón ha permitido el desarrollo de biomarcadores para el análisis de sus efectos en la salud.

La exposición a sustancias químicas en el medio ambiente es una de las principales causas de enfermedades humanas, entre ellas se encuentra la contaminación atmosférica y, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, en torno al 90 por ciento de la población urbana de la Unión Europea está expuesta a una contaminación atmosférica nociva para su salud.

La polución es la causa principal de problemas respiratorios y cardiovasculares, además de aumentar el riesgo de sufrir cáncer, ha destacado la Universidad de Extremadura en nota de prensa.

Francisco Iñesta Vaquera es profesor e investigador del departamento de Bioquímica, Biología Molecular y Genética de la UEx. Su campo de especialidad es la toxicología molecular y durante su estancia postdoctoral en la Universidad de Dundee (Escocia, UK) ha elaborado un estudio sobre los mecanismos de toxicidad de los contaminantes ambientales presentes en el aire de las ciudades.

Para ello, ha analizado los efectos de los compuestos derivados de la combustión del diésel en modelos de experimentación in vivo en ratones. Así, mediante el uso de biomarcadores, es decir, determinadas proteínas que se activan cuando se produce un daño a nivel celular, se puede estudiar el efecto de las sustancias contaminantes en el organismo.

"El avance que propone este estudio es que hemos desarrollado una herramienta que nos permite la identificación de esos biomarcadores específicos para diferentes mecanismos de toxicidad. Estos ratones tienen una serie de reporteros, de chivatos, que cuando una célula se expone a un producto químico, en este caso el diésel, te dicen qué célula exactamente de todo el organismo está afectada, cuánto dura la respuesta y qué tipo de respuesta ha sido", ha explicado Iñesta.

Normalmente este tipo de experimentos se realiza en cultivos celulares y no en organismos vivos. Sin embargo, en este caso se ha optado por un modelo de ratón porque permite tener en cuenta la complejidad de sistemas, estableciendo no solo que los compuestos químicos alteran la función celular, sino que esa alteración celular tiene como consecuencia una alteración de la función y de qué manera afecta a los diferentes tejidos en el cuerpo. Se ha elegido este animal por su parecido a la fisiología humana.

Un modelo experimental que ha aportado información muy relevante, tal y como apunta Iñesta. "Hasta ahora se pensaba que estas partículas llegaban a los pulmones y provocaban un estrés oxidativo, inflamación y daño al ADN. Sorprendentemente, las células epiteliales eran las menos afectadas. Lo que nosotros vemos es que es más una respuesta de tipo inmune, que luego obviamente va a tener un efecto cascada sobre el resto de células", ha recalcado.

Estos datos son herramientas "muy valiosas" para el diseño de los estudios de intervención en la prevención de enfermedades, ayudando a establecer la causalidad entre la exposición a un determinado químico y el desarrollo de enfermedades específicas.

Además, este tipo de análisis permitirá comparar y establecer un ranking de toxicidad que sea capaz de decir qué productos químicos o mezclas son más tóxicos que otros a los que están expuestos los ciudadanos en el ambiente. "Hay que potenciar el desarrollo de la industria y la tecnología, pero garantizando la seguridad para la salud humana y ambiental", ha señalado.