PLENO

Acuerdo entre Guardiola y Vox, que da luz verde al Decreto de Medidas fiscales y desatasca la legislatura

Los Populares y Vox acuerdan algunas modificaciones del decreto y el compromiso de derogar la ley de memoria histórica e impulsar una ley de concordia.

Redacción

Extremadura |

El acuerdo PP-Vox da luz verde al Decreto de Medidas fiscales y desatasca la legislatura | Asamblea de Extremadura

Finalmente hay fumata blanca y acuerdo entre PP y Vox para sacar adelante el decreto de medidas fiscales. Así este entendimiento entre ambas formaciones desbloquea la legislatura y aleja el fantasma de un posible adelanto electoral como se había barruntado durante las últimas semanas. A cambio de este apoyo de Vox, el Gobierno regional se compromete a derogar la actual Ley de Memoria Histórica y aprobar una ley de concordia nueva, diferente al texto que ya había registrado Vox en el Parlamento. Lo confirmaba Abel Bautista, consejero de presidencia de la Junta.

Desde VOX se ponía también en valor ese acuerdo con el Gobierno de Extremadura para la convalidación del Decreto-Ley de medidas fiscales y la tramitación de la Ley de Concordia. El pacto además incluye la ampliación del umbral de acceso a vivienda a 200.000 euros, la exención total en licencias de caza y pesca, la bonificación del 50% en la ITV para vehículos agrícolas y la reducción al 100% del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en trasmisiones de vivienda, entre otras medidas.

Por su parte, la portavoz del Grupo Parlamentario socialista, Piedad Álvarez, apuntaba a que ya se sabe a que vino Ayuso esta semana a Extremadura. Y la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, ha augurado un futuro “muy oscuro” para la región tras el acuerdo entre PP y Vox que permite que el decreto de medidas fiscales salga adelante en la Asamblea. De Miguel ha asegurado que la presidenta de la Junta “está blanqueando a la extrema derecha” y ha afirmado que María Guardiola “es capaz de pisotear los valores democráticos, permitiendo que se derogue la Ley de Memoria Democrática, para agarrarse al sillón”.

en cuanto al pleno, ya se vislumbraba este acuerdo, hoy en la actitud de la presidenta de la Junta, María Guardiola, que esta mañana cuestionada por parte de la oposición mostraba dos caras de una misma moneda. Puño de acero con PSOE y Unidas por Extremadura, guante de seda con Vox, del que precisaba el apoyo obtenido.

Así, José María Vergeles, desde el PSOE e Irene de Miguel desde Unidas por Extremadura, afeaban, en su turno de preguntas, la búsqueda de alianzas con la presidenta madrileña Díaz Ayuso, de la que coincidían hay pocas políticas en positivo que copiar para Extremadura. Correspondía Guardiola en tono también duro y en dos vertientes: Al PSOE le recordaba, lo que considera una traición a los españoles, como la condonación de deuda ayer aprobada, anunciando que habrá recursos de inconstitucionalidad también al impuesto a la banca, y a Unidas por Extremadura le afeaba la falta de explicaciones por el caso Monedero.

Como decimos, más comedidos, vislumbrándose ese clima de entendimiento entre ambos grupos, se mostraban el líder de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, que aprovechaba su pregunta acerca del futuro de la legislatura para abogar por el diálogo y posicionarse en frente del sanchismo y del PSOE como el único camino para el entendimiento entre el PP y Vox, mientras que la líder del ejecutivo regional, instaba a olvidar el pasado y recordaba de paso, el nivel de cumplimiento del acuerdo de gobernabilidad que rubricó con Vox y la aupó a la presidencia de la Junta.

Por cierto, y sobre el asunto de la condonación, en tiempo de control al gobierno la consejera de hacienda, Elena Manzano, defendía la retirada ayer de los consejeros del PP del consejo de política fiscal y financiera, denunciado que la condonación supondrá 68 millones de euros de pérdida para Extremadura.

Por último, y respecto a la continuidad de Almaraz, el portavoz de Vox, Óscar Fernández instaba hacia la rebaja de impuestos no sólo desde el gobierno central, sino también desde el autonómico, un extremo que parecía rechazar de plano la consejera de desarrollo sostenible, Mercedes Morán.