en una alquería de marxalenes

València adjudica los trabajos para exponer su criadero de gusanos de seda más antiguo

Las obras de musealización de la Alquería de Félix permitirán hacer visitable este “llit de cucs” del siglo XVIII

Nacho Reig

València | 16.03.2022 09:50

Alquería de Félix en el Paque de Marxalenes | Ayuntamiento de València

El Ayuntamiento de València ha adjudicado las obras para transformar en museo la Alquería de Félix, lo que permitirá entre otras cosas exponer el criadero de gusanos de seda más antiguo y mejor conservado que queda en la ciudad. El criadero fue confeccionado en el siglo XVIII y se encuentra en el interior de este conjunto rural situado en el Parque de Marxalenes, que se convertirá en un centro de difusión sobre la vida rural en la València de aquella época.

En este sentido, está previsto instalar varios paneles sobre la historia de la alquería y cómo era la vida allí, como explica la concejala Maite Ibáñez:

Podrá verse el próximo verano

Los trabajos de musealización de la Alquería de Félix han sido adjudicados a la empresa Trazacultura por un importe de 21.000 euros. Las labores comenzarán en las próximas semanas porque el contrato ya ha sido formalizado y tienen un plazo de ejecución previsto de tres meses, por lo que deberían estar acabadas este próximo verano.

En el proyecto expositivo tendrá especial relevancia la cría del gusano de seda y la fabricación de este tejido. Todo ello en torno a ese criadero original, situado en el piso superior de la alquería y que ha sido minuciosamente restaurado por un equipo de expertos. Como curiosidad decir que durante su restauración se encontró un capullo se seda datado en el siglo XIX y que es considerado casi un fósil.

La Alquería de Félix fue fundada el siglo XIV. Se trata de una vivienda de labradores, cuyo piso superior se convirtió en un secadero de hojas de tabaco y criadero de gusanos de seda. Estas andanas se relacionan con la industria de la seda que se desarrolló en multitud de alquerías de L’Horta, fundamentalmente durante el siglo XVIII y principios del XIX. En estas estructuras, formadas por pies derechos y camas de cañizo, se criaban los gusanos cuyos capullos se empleaban después para fabricar la seda.