El solar del Teatro Princesa, tres lustros en el olvido
El Ayuntamiento de València mantiene desde hace años guardado en un cajón el proyecto para crear un gran equipamiento cultural en el lugar que ocupó la sala
València |
Este mes de febrero –concretamente el próximo día 27- se cumplen 15 años del incendio que arrasó el antiguo Teatro Princesa de València. Después de estos tres lustros el Ayuntamiento mantiene en el cajón del olvido el proyecto para construir en el solar un gran equipamiento cultural. Un solar que -por cierto- en su día le costó al consistorio más 8 millones de euros y que solo se usa para que los vendedores del Mercado Central aparquen allí sus vehículos.
El fuego que acabó con el Teatro Princesa se declaró en la madrugada del 27 de febrero de 2009 en un edificio contiguo, situado en la calle Moro Zeit. Fue la sentencia de muerte definitiva para uno de los primeros teatros de la ciudad, que entonces ya llevaba dos décadas abandonado. Las llamas provocaron que incluso la techumbre de la sala se viniera abajo. El Ayuntamiento no pudo sino certificar su ruina y ordenar el derribo inmediato, que se ejecutó a los pocos días.
El planeamiento de la zona prevé la construcción en este solar de un auditorio y salas culturales con aparcamiento subterráneo, rodeado de un jardín histórico vinculado el antiguo convento de La Puridad, que se encontraba en esta zona. En 2016 el Ayuntamiento se hizo con la última de las parcelas pendientes para sacar adelante ese proyecto. El consistorio gastó más de ocho millones de euros para expropiar todo el solar del antiguo teatro, que se encuentra entre las calles Quart, Palomar, Murillo, Moro Zeit y Rey Don Jaime.
Críticas de Catalá desde la oposición
En 2022 María José Catalá, entonces en la oposición, denunció la degradación de todo este entorno y exigió la ejecución de la gran dotación cultural prevista en este rincón de Ciutat Vella. En concreto Catalá dijo entonces que “el gobierno municipal debería proceder, cuanto antes, a la urbanización de la parcela para recuperar la memoria histórica de este rincón de la ciudad, recreando el jardín del antiguo convento de la Puridad, mediante la plantación de árboles frutales y de plantas herbáceas y medicinales que evoquen su anterior vida monástica”. Un proyecto que ahora -como alcaldesa- María José Catalá tiene en su mano llevar a cabo.