València | 22.05.2023 09:00
Sandra Gómez López es abogada. Ha ejercido como letrada en caso de corrupción como Gürtel y Nóos. Además de vicealcaldesa, en la última legislatura ha gestionado el urbanismo de la ciudad, a través de València Ciudad de Plazas. También el área económica desde donde ha impulsado la oficina de atracción de inversiones Invest in València para atraer empresas de valor tecnológico. En 2015 fue la primera mujer en dirigir la policía y los bomberos de València. Como concejal de Protección Ciudadana donde creó la unidad Gama de atención a las víctimas de violencia machista. Se afilió a las Juventudes Socialistas a los 18 años.
Como número dos del equipo de gobierno municipal ha buscado desde el primer momento diferenciarse de la parte de Compromís que encabeza Joan Ribó, quien ha evitado el cuerpo a cuerpo y ha delegado en sus concejales la réplica. En los últimos cuatro años han chocado en numerosas ocasiones aunque sin llegar a poner en peligro nunca el pacto. Han protagonizado sonadas discrepancias públicas y privadas en grandes proyectos como la ampliación de puerto o en infraestructuras que requieren de la participación de varias áreas. Al final de los debates o las votaciones han conseguido cerrar la mayoría de heridas.
Los socialistas buscan especialmente incrementar sus apoyos entre las votantes femeninas y crecer en barrios como Poblats Marítims, en los que ha intentado imprimir su sello desde sus responsabilidades en urbanismo. En campaña quieren poner el foco en distritos de clase media y obrera que en anteriores comicios votaron socialista y que ahora podrían refrendar su gestión.
Gómez busca confrontar con el Partido Popular y le gusta hacer la peor fotografía de las dos décadas de gobierno municipal anterior. De hecho, presentó su campaña bajo el lema "Futuro", en un acto celebrado de manera simbólica en una de las naves construidas para la Copa América de 2007, donde repasó la evolución de València en los últimos ocho años en contraposición a los años marcados por "la corrupción" y los "excesos" mientras el despacho de alcaldía lo ocupó Rita Barberá.
Gómez elige las áreas que destacar en campaña, las gestionadas por socialistas. Así, suele utilizar las cifras de empleo y los informes del Banco de España sobre la salud financiera de la ciudad. Y recuerda el coste de la Fórmula 1 o la deuda de otras épocas. Su imagen de la última etapa se asocia a los supermanzanas, defiende la abolición de la prostitución y un pacto por corresponsabilidad, construir más viviendas e implantar un impuesto Airbnb. Le gusta decir que los gobiernos de más de una década de Barberá, revindicados por la candidata popular Catalá, son el pasado. Continuar los ocho años de Ribó supondrían apostar por la continuidad y ella plantea un cambio para el futuro, como reza su lema.