Un voraz incendio en un edificio residencial en Valencia tiene en vilo a los vecinos del barrio de Campanar, que han presenciado durante la tarde de hoy cómo las llamas han devorado un edificio residencial de 138 viviendas en la calle Maestro Rodrigo. Aún no se conoce el origen de las llamas, si bien los bomberos han indicado que los fuertes vientos que se han registrado hoy en la ciudad valenciana han contribuido a propagar las llamas a través de toda la estructura, y a dificultar las tareas de extinción de los bomberos.
Esther Puchades, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia - que además realizó el peritaje de este edificio construido en 2005-, ha declarado para el diario À Punt que los revestimientos de la fachada del bloque de pisos estaban compuestos de poliuretano; se trata un material altamente inflamable que podría haber sido definitorio en la propagación de las llamas, pues se encontraba tras una chapa de aluminio plateado de 10 centímetros presente en la fachada. Sin embargo, las autoridades tienen todavía que realizar las investigaciones pertinentes para poder confirmar las causas de este virulento incendio.
El poliuretano es un material plástico que deriva de una reacción química entre un diisocianato y un poliol. Se trata de un material muy versátil empleado para fabricar numerosos productos, como las suelas de los zapatos que nos ponemos todos los días o los tejidos de la ropa de deporte. Tal y como indica la Asociación de la Industria del Poliuretano Rígido, este material - que se puede elaborar para que sea más o menos rígido- se emplea también para fabricar colchones, componentes de automóviles e incluso rodillos y ruedas.
En el ámbito de la construcción, el poliuretano es habitualmente empleado como aislador térmico y acústico, por su alta eficiencia energética. Sin embargo, su aplicación indiscriminada puede entrañar ciertos riesgos, si no se aplican las correspondientes medidas de seguridad: el material comienza a arder en torno a los 315º y 370º, y aumenta drásticamente de temperatura en pocos minutos. Por otro lado, durante su combustión puede generar humos altamente tóxicos o opacos, sobre todo si se expone a una fuente de fuego directa.
Con todo, la industria ha encontrado numerosas soluciones técnicas para eludir este peligro, y la regulación vigente en nuestro país controla que los constructores haga un uso adecuado de estas espumas de poliuretano. En concreto, el Código Ético de Tecnificación de 2006 prohíbe el uso de materiales combustibles en las fachadas de los edificios. El edificio de la calle Maestro Rodrigo fue erigido en 2005, cuando no existía tanta concienciación acerca de los peligros que entrañan estos materiales en caso de incendio.