Onda Deportiva Valencia

Hoy venía pensando en...el recibimiento que tuvo Rafa Benítez en Mestalla

Editorial en Onda Deportiva Valencia 27/11/2023

Eduardo Esteve

Valencia | 27.11.2023 15:43

Hoy venía pensando en… el especial recibimiento a Rafa el sábado en Mestalla.

Fue un partido muy especial. El ex entrenador del Valencia sintió desde el primer minuto de su llegada a Valencia el cariño, respeto y admiración que se le tiene. Y los valencianistas y el Valencia estuvieron a la altura para recibir a toda una leyenda.

Fue precioso ver como los más de 43.000 aficionados de Mestalla se ponían en pie para ovacionar a aquel que hace 20 años nos hizo tan felices. Su nombre volvió a ser coreado al unísono recordando aquellos tiempos en los que el Valencia se convirtió en el mejor equipo del mundo.

Se dio la circunstancia que el Celta se hospedó en un hotel muy cercano al nuevo Mestalla. Desde sus ventanas Rafa podía ver lo que pudo ser y no fue. Como lo que fue aquel gran Valencia, liderado por Benítez, y lo que no es hoy en día por culpa de un dueño que ha dejado de invertir en el equipo. Casualidades de la vida.

Para el hoy entrenador del Valencia Rubén Baraja, el partido también tenía mucho de especial. De especial y de emotivo. Ambos guardan una excelente relación y ese abrazo sincero que se dieron antes de comenzar el partido lo demuestra. Al acabar uno y otro se deshicieron en elogios después de un partido que no pasará a la historia ni por su marcador ni por el juego. Fieles a su filosofía, el encuentro acabó sin goles y con un solo disparo a puerta en 90 minutos.

No pasará a la historia en lo deportivo pero sí en lo emocional. Siete años después Mestalla volvía a recibir a uno de sus héroes y le rendía los honores merecidos. Rafa, tímido como es a la hora de expresar sus emociones, decía aquello de que “la procesión va por dentro” a la vez que recordaba lo difícil que fue hacer lo que hicieron con “Ushiros Nages” de por medio. Me consta que estaba emocionado al igual que lo estaban los 43.000 valencianistas cuyas mentes por un instante se trasladaron a 2004. Y es que nunca… fuimos tan felices en Mestalla.