No habrá balón de oro en Mestalla
El jugador español del City Rodri Hernández se hace con el galardón
Valencia |
Este sábado visita Mestalla el Real Madrid. Salvo que a última hora decidieran no viajar porque les dure aún la rabieta de este pasado lunes. Y lo hará con Vinicius pero sin balón de oro.
Se las prometían felices en el Real Madrid creyendo que el brasileño sería galardonado en París. Incluso los más osados se aventuraban con portadas y noticias de cómo iba a celebrar el galardón. El madridista incluso habría preparado una fiesta para 20 invitados en lo que es un claro ejemplo de vender la piel del oso antes de cazarla. A nadie se le pasaba por la cabeza que Vinicius no fuera el elegido. Tal vez porque a nadie, en su particular soberbia, se le ocurrió pensar que además de premiar la calidad futbolística, en todo premio deportivo se deben reconocer los valores del deportista. Ellos son un espejo en el que se miran los más jóvenes y ante eso siempre hay que buscar los mejores ejemplos. Y en eso Vinicius, lo vemos con su comportamiento en el campo, se llevaría un balón de "playa".
Pero más preocupante es la reacción al tener conocimiento de que el brasileño se quedaba sin el premio. Desde ese momento dio igual que Ancelotti o el propio Real Madrid fueran elegidos como el mejor entrenador y el mejor club respectivamente. Poco importaba y como una especie de rabieta de niño pequeño al que no le han dado lo que quiere, decidieron no acudir a París. Nadie, ni tan siquiera el entrenador premiado. Si hubiera sido al revés ¿habría dejado de acudir Vini en "solidaridad" con su técnico? Tampoco importaba que el ganador fuera un futbolista español, algo que no sucedía desde hacía 64 años cuando lo ganó Luís Suárez. No. Un futbolista por encima de todo un club y un premio que en cuestión de minutos pasó a tener poco valor para según quien.
La ausencia del Real Madrid en la gala es una vergüenza para el fútbol español. Tampoco importó que Rodri se acordara de Carvajal en su discurso a la hora de recoger el premio reconociendo que perfectamente podría haber sido el ganador. Hay quien no entiende ni quiere entender que con el premio al futbolista del City se reconoce no solo su calidad futbolística sino también unos valores de respeto y deportividad (¿de señorío?) que son los que debe tener todo deportista. Ayer no me cabe duda que ganó el fútbol.
Porque premios como el de ayer me reconcilian con este deporte. Hace tiempo que en el fútbol no se lleva la normalidad sino la tontería, el exceso o el postureo. Algunos futbolistas se han convertido en niños caprichosos y prepotentes que no aceptan perder ni que se les niegue nada. Como Vinicius. Si me das el premio a mi voy a recogerlo, si se lo das a mi rival ni aparezco. Si me das el premio a mi tiene valor, si se lo das a otro es el trofeo de la galleta. Un comportamiento que puedo entender de un futbolista prepotente como él pero no de toda una institución como el Real Madrid. En el deporte hay que saber ganar y perder. Es otro de esos valores que se debe reconocer en cualquier premio y ya se ha visto quien lo tiene y quien no.
Así que el sábado en Mestalla no habrá ni balón de oro ni celebración mientras desde Brasil claman contra France Football. ¿Apagarán nuevamente el Cristo Redentor?