A falta de conocer los detalles, la realidad es que Julián Calero podrá contar, al menos hasta enero, con Pablo Martínez, uno de los deseos del entrenador y que finalmente no ha salido del conjunto levantinista.
Este movimiento junto con las inscripciones, han sido posibles gracias a la inyección de capital del Consejero Delegado José Danvila, que tras los cerca de 200.000€ aportados para inscribir a MOrales, ahora ha tenido que hacer un nuevo desembolso para poder acabar de dar de alta a las incorporaciones restantes.
La posible salida de Oriol Rey a Bulgaria (allí se cierra el mercado el 2 de septiembre), podría aligerar la nómina de jugadores en la medular granota.
Además el Levante ya ha inscrito a Pampín e Iborra, por lo que podrán viajar el lunes con sus compañeros para tener ya minutos en el partido frente al Eibar.
En una jornada frenética en los despachos para tratar de encajar operaciones y números, al final se cumple el deseo de Calero de poder contar con los pesos pesados del vestuario.
Alfonso Pastor ha sido inscrito finalmente con ficha del filiay y la salida de Rober Ibáñez se ha solucionado con un despido.