El dato de participación en la Comunidad Valenciana ha descendido ligeramente con respecto a las de 2019, si bien hay que recordar que hace cuatro años los comicios regionales y los municipales se realizaron por separado. Las autonómicas coincidieron entonces con las nacionales.
En lo que se refiere a estas elecciones municipales y autonómicas, la participación a las 18:00 horas era de un 58,27% de la población de la Comunidad Valenciana, mientras que hace cuatro años fue ligeramente superior, con un 59,52%.
Hay muchas teorías que analizan estas cifras para tratar de determinar a quién beneficia el aumento o el descenso de la participación de la ciudadanía en las urnas. La más extendida apunta a que a mayor participación, más beneficio para los partidos de izquierdas. La explicación es que el voto de derechas es más fiel, por lo que en caso de que la participación sea menor, su porcentaje de ganar aumentaría.
Por lo tanto, la movilización y la fidelidad a las siglas son elementos muy a tener en cuenta de cara a anticipar los posibles resultados finales. El objetivo de la izquierda es repetir por tercera legislatura consecutiva el Pacto del Botánico, mientras que la derecha aspira a volver a recuperar el trono con el aspirante Carlos Mazón y recuperar el Govern, que desde 2015 no ostenta el PP, año en el que acabó su mandato Albert Fabra.
Ximo Puig ha hecho este domingo, cuando ha votado en Morella, un llamamiento a la participación para que "voto a voto" con el objetivo de seguir "en el buen camino", ha manifestado. De ahí se desprende esa voluntad de la izquierda para movilizar a sus votantes, menos propensos según las estadísticas, a darse cita en las urnas, al contrario de lo que se suele tener asumido por parte de la derecha. La falta de movilización, por tanto, puede ser un problema para PSPV y Compromís, que entre su electorado, en ocasiones, encuentra un nivel de movilización inferior.