Investigación

El consumo crónico de alcohol interacciona con el sistema inmune del cerebro y facilita la adicción

Según un estudio internacional liderado por el investigador Santiago Canals del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández de Elche

David Alberola García

Elche | 25.06.2020 09:28

Un estudio del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha revelado que el alcohol facilita la adicción cambiando la geometría de la sustancia gris del cerebro.

El estudio, que propone un mecanismo de adicción al alcohol totalmente desconocido hasta ahora, se ha llevado a cabo en ratas y humanos y sus resultados han sido publicados en la revista científica ‘Science Advances’. Ha sido coordinado por los doctores Santiago Canals del Instituto de Neurociencias de la UMH, que es centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Wolfgang Sommer, del Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg de Alemania.

También han participado en la investigación científicos de la Universidad Politécnica de Valencia, de la Universidad de Camerino (Italia) y de la Universidad Carolina de Praga (República Checa).

Investigadores que han participado en el estudio. | Instituto de Neurociencias de la UMH-CSIC

“Lo que hemos descubierto en este estudio es que el consumo crónico de alcohol interacciona con el sistema inmune residente en el cerebro y altera la estructura de la geometría de éste”, ha explicado Santiago Canals que ha añadido que eso supone que “el sistema inmune estaría facilitando, de alguna manera, la adicción”. “Es un mecanismo de adicción totalmente nuevo, desconocido hasta ahora”, ha concluido el investigador del Instituto de Neurociencias de la UMH-CSIC.

Comprender y, en última instancia, revertir esos cambios puede ayudar al desarrollo de tratamientos más eficaces contra la adicción.

El trabajo muestra que las responsables del cambio de geometría del espacio extracelular de la sustancia gris son las células del sistema inmune que residen en el cerebro, denominadas microglia, y el alcohol, como sustancia perjudicial, activa esas células de defensa, que cambian su forma y característica bioquímicas. Esa activación altera la geometría del espacio extracelular y habilita rutas de difusión de sustancias que en ausencia de alcohol estarían limitadas.

El aumento de la concentración con el tiempo de neurotransmisores (dopamina, glutamato o neuropéptidos), puede convertir las propiedades gratificantes débiles del alcohol en poderosos efectos de formación de hábito que, eventualmente, conducen a la adicción en algunas personas.

El estudio traslacional demuestra que hay una mayor difusividad media en la materia gris cerebral de los seres humanos y ratas que beben habitualmente. Estas alteraciones aparecen poco después del inicio del consumo de alcohol en ratas, persisten en la abstinencia temprana tanto en roedores como en humanos, y se asocian con una fuerte disminución de las barreras del espacio extracelular explicada por una reacción de la microglia a un agente agresor como el alcohol.

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