Christian Bragarnik: el nuevo dueño de la pelota
El grupo inversor argentino con el que negocia José Sepulcre está representado por uno de los agentes futbolísticos con más fama de Sudamerica
Elche | 03.09.2019 00:55
El inversor con el que anda negociando José Sepulcre es Christian Bragarnik. Este representante argentino, de 48 años, es quien ha traído a tierras ilicitanas a Danilo Ortiz y en quien el accionista mayoritario del Elche quiere apoyarse para sacar adelante su proyecto deportivo. “Es el Maradona de los representantes”, apuntan desde su país. El hombre del que dicen que desbloqueó la llegada de Sampaoli a la albiceleste o que permitió que Diego Armando Maradona digiera al Dorados mexicano, equipo desde el que ha llegado Danilo Ortiz.
Bragarnik es un conocido agente de futbolistas. En Argentina es apodado ‘El dueño de la pelota’ por su capacidad para mover jugadores y controlar clubes. En su agenda hay más de un centenar de futbolistas profesionales y una quincena de técnicos. Ya acudió al palco del estadio Martínez Valero para presenciar el partido ante el Fuenlabrada y junto a dos socios ha estado varios días en Elche, analizando bajo su condición de abogado la situación del club y la posibilidad de formar parte del negocio.
Danilo Ortiz es el primer jugador que Bragarnik ha aportado al Elche. Y seguramente no sea el último. La idea que tiene el agente argentino es promocionar a futbolistas de su cartera a través del club franjiverde, con un doble objetivo. En primer lugar, como en el caso de Danilo, asumir el coste de sus fichajes a cambio de que se promocionen en el fútbol español. Y como segunda meta, tratar de impulsar al Elche hacia la Primera División. A mayor categoría, mayor movimiento y mayor beneficio.
Christian Bragarnik mantiene una estrecha relación con diferentes clubes sudamericanos. Especialmente en Argentina, México y Chile. Dos de ellos son el argentino Godoy Cruz y el mexicano Dorados de Sinaloa. Curiosamente, dos de los equipos en los que ha militado Danilo Ortiz. Al Dorados llevó como técnico a Diego Armando Maradona. Dicen de él que fue quien ideó al Defensa y Justicia que luchó por el título en Argentina. En una reciente entrevista en el medio Infobae se definía como “empresario, representante, manager, dirigente, intermediario, abogado y fanático del fútbol, por este orden”.
En su país le comparan con agentes de la talla de Guillermo Coppola o Carlos Gustavo Mascardi. La llegada de Danilo Ortiz al Elche forma parte de su libro de estilo. Ortiz fue internacional absoluto con Paraguay en 2014. Fijo, entonces, en el Cerro Porteño. Fue a partir de ahí cuando comenzó su estancamiento, tras la cesión al Palermo. Ahora Bragarnik quiere recuperarle, como lo hizo con Bou en el Racing de Avellaneda (otro de los exequipos de Danilo). “Busco jugadores que parece que tienen buen pie, pero que no están en su mejor momento porque es cuando más fácil puedes conseguirlo. Al futbolista que está en un buen momento todos le ven; en ese momento es caro y difícil. Lo que yo busco es confiar donde otros no lo hicieron”, explica en Infobae.
También se le conoce como ‘El señor de los pases’, en referencia a las suculentas operaciones que ha sido capaz de cerrar en torno al fútbol en los últimos tiempos. Recientemente, la venta de Darío Benedetto al Olympique de Marsella, por 16 millones de euros, o el pase previo al América de México por 5,5 millones de dólares. Sus dos socios son Marcelo Valeri y Diego Andrés Lemme. Con el primero mantiene relación a través de la empresa Score Fútbol SA y con el segundo, en American DyJ Group SA. Ambas sociedades nacieron “para representar jugadores aunque sus propósitos son más amplios”, explica el medioPágina 12.
Sepulcre busca respaldo económico para hacer frente al día a día en el Elche, si bien su apoyo podría ceñirse a la llegada de jugadores de su cartera para potenciar la plantilla ilicitana. Suya sería la inversión y suyo sería el beneficio. El director deportivo Nico Rodríguez ya le conoce (ha estado un par de semanas en Elche) y la idea es hacer trabajo en equipo. El tiempo dirá cómo termina esta historia.