Una vecina de Castellón ha logrado que el juez le reconozca, tras un proceso judicial, la incapacidad permanente total tras ser diagnosticada con fibromialgia y trastorno depresivo mayor recurrente. Lo novedoso del texto dictado por el Juzgado de lo Social 2 de Castelló de la Plana es que no se adscribe, como suele ser más habitual, a una profesión de carácter más físico y de esfuerzo; y además reconoce la importancia del diagnóstico de salud mental en el fallo.
La titular del tribunal hace hincapié en que la documentación médica, ingente y clara, no hacía más que demostrar la imposibilidad de la afectada para realizar con eficacia y rendimiento cualquier tarea laboral de las que venía desarrollando. Pero también incide en la enorme dificultad para desempeñar hechos tan cotidianos como acudir al centro de trabajo. A este cuadro de fibromialgia y fatiga crónica, la magistrada incluye la depresión como factor causal para determinar la incapacidad total.
También reprocha al Instituto Nacional de la Seguridad Social, que se opuso a la demanda en la admisión a trámite y en el juicio oral, que alargara este sufrimiento de la afectada por otorgar bajas de incapacidad temporal que alcanzaron nada menos que 545 días, y que luego denegara la petición administrativa de incapacidad permanente.
Los abogados de la afectada, Parrado Asesores, aseguran que la determinación de dicha incapacidad es Permanente Total, lo que le impide desarrollar tareas en su ámbito laboral de comercial, y recibir una prestación económica, por lo que a pesar de estar satisfechos con el fallo lo recurrirán al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana para solicitar la Incapacidad Permanente Absoluta, que le impide realizar tarea laboral alguna.
El dictamen concluye que “la demanda debe ser estimada en su petición subsidiaria porque ha quedado probado que las limitaciones físicas y psíquicas que sufre la actora de forma permanente son incompatibles con la realización de su profesión habitual”.