Peñíscola es una ciudad en la mar. La ciudad antigua, coronada por la que fuera morada del Papa Benedicto XIII, un castillo-fortaleza del s. XIV, ocupa un imponente peñón que se alza 64 m sobre el azul del mar y en contraste, se encuentran las nuevas calles y avenidas de la zona turística. Además, Peñíscola, con un patrimonio natural y arquitectónico singular, es un destino de cine, que se ha convertido en escenario privilegiado para producciones tanto televisivas como cinematográficas. Sin duda, Peñíscola ofrece una amplia variedad gastronómica con productos autóctonos, desarrollando una infinidad de sabores y arroces ligados a la cocina marinera.