Isabel Egido | Monserrate Hernández
Alicante | 25.04.2023 17:03
Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana. La única donde se puede vivir, pero donde parece que, de momento, no se puede morir. Los vecinos se quejan amargamente de que en su cementerio ya no quedan más nichos para poder enterrar a sus seres queridos. De hecho, una familia mantiene guardado en una urna a un familiar a la espera de que el Ayuntamiento de Alicante amplíe el espacio del camposanto.
La isla de Tabarca está a 23 kilómetros de Alicante y a sólo tres millas náuticas del puerto marítimo de Santa Pola. Desde hace unos años, los vecinos venían alertando de la dejadez y falta de espacio en su cementerio. Declarada como reserva marina desde 1983, 51 vecinos residen en este idílico y precioso espacio rodeado de mar. Todos ellos se quejan del abandono y olvido que vienen sufriendo, focalizado en ese cementerio donde la puerta está estropeada y oxidada, no hay fuente de agua para regar las plantas de las tumbas de sus familiares y donde los matorrales crecen sin cuidado.
Carmen Martí, presidenta de la Asociación de Vecinos de Tabarca, ha expuesto esta situación en el programa 'Julia en la onda': "En la isla venimos alertando de esta situación desde hace cuatro o cinco años, cuando se produjeron varios fallecimientos y se advirtió de que empezaban a no quedar nichos. Hace tres años comenzamos con escritos y avisos. Un arquitecto municipal visitó el cementerio de Tabarca y el proyecto de ampliación para 20 nichos y 19 columbarios más salió a licitación, sin que se haya avanzado con este proyecto".
En Tabarca, lamenta Carmen Martí, "si fallece alguien, no queda sitio" y asegura que un vecino, conocido pescador de l'illa, falleció hace un tiempo y la familia "le tiene guardado en una urna a la espera de que pueda descansar en el cementerio de la tierra que a diario le veía salir a faenar".