Si comenzamos primero con vermú, un par de marcas que me gustan mucho, como es Zecchini. Llevan más de 75 años elaborando vermuts y otros vinos aromatizados. Su toque tradicional se ha ido manteniendo de una generación a otra, incorporando eso sí, una dosis de innovación. Es una empresa puramente familiar y también tiene un toque mágico, ya que su receta antigua antaña tradición herborista y medicinal, ya que sus vinos, de uvas malvar, airén y moscatel, tienen añadidas más de 35 hierbas, especias, raíces y flores. El precio, a partir de 6,95€ en adelante.
Otra marca muy conocida es Zarro, que lleva más de 50 años. Carlos Muñecas, patriarca y precursor de toda una saga de vermuteros, buscó la fórmula para llegar a una mezcla muy gustosa y secreta, y que es fácil encontrar en los lineales de supermercados y en bares. Su precio, desde 5,95 la botella en adelante. Vermú Marianito y Los Chicos, de la fábrica de patatas bravas, son otras dos casas a tener en cuenta si queremos comprar uno artesano y muy rico.
Si hablamos de cervezas, también es fácil ya encontrar elaboradas con cepas de levaduras autóctonas que están dando mucho que hablar: La Virgen, CCVK, Gabarrera. Si nos vamos a Alcalá de Henares encontramos Cervezas Enigma, una fábrica de auténtica cerveza e hidromiel artesanal y natural donde fermentan la pasión por la cerveza. Podemos ir a la fábrica de visita y ya comprar para llenar la nevera. Como no soy excesivamente cervecera, me quedo con una muy curiosa, la Salty chocolate, de color caoba con reflejos rojizos y una espuma de color canela, densa, cremosa, con aroma a malta tostada y cacao, con notas a café y chocolate.
Otra muy conocida y con un nombre muy gato es La Cibeles. Madrileña, de Leganés. 100% auténtica, natural y hecha con una de las mejores aguas del mundo, la nuestra. De esta marca me quedo con la rubia, una cerveza de tipo Blond Ale muy ligera y refrescante, con cierto aroma a lúpulos florales y un ligero retrogusto a cítricos.