La Justicia paraliza la abatida de cabras montesas en la Sierra de Guadarrama por suponer un "evidente peligro de extinción"
El juzgado número 32 de lo Contencioso-Administrativo de Madrid ha suspendido de forma cautelar el plan del Gobierno regional de abatir ejemplares de cabra montés en la Sierra de Guadarrama, que se iba a poner en marcha precisamente mañana.
Esta decisión que responde a la denuncia presentada por el Partido Animalista (Pacma) contra la Consejería de Medio Ambiente ante el proyecto de reducir a tiros la población de cabras montesas en esa zona, con el consiguiente peligro de extinción de esta especie en los parques forestales.
El auto, con fecha de este lunes, atiende a la petición del Pacma de paralizar la abatida y da un plazo de tres días a la administración para que manifieste lo que estima conveniente. Según el plan de gestión de la especie, ahora suspendido y presentado en febrero, la captura afectaría al 70 por ciento de la población en cinco años, lo que supondría reducir los 4.000 ejemplares actuales a 1.300, es decir, abatir entre 500 y 700 cabras al año hasta 2020.
Además, el plan señalaba que la mayor parte se cazarían con armas de fuego y solo unas pocas se capturarían en vivo siempre que algún coto u otra institución demandara ejemplares, como ya ha hecho con Francia, a la que se exportaron varias decenas de ejemplares para repoblar una zona de los Pirineos.
Los 50 representantes de colectivos e instituciones del Patronato del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama aprobaron el plan presentado por el Gobierno regional de Cristina Cifuentes, con 35 votos a favor, 2 en contra de Ecologistas en Acción y 13 abstenciones. Tras el auto de la titular del juzgado, el plan y la abatida quedan en suspenso hasta la resolución de las denuncias presentadas por el Pacma.
Aunque en el auto la jueza reconoce que no puede adentrarse demasiado en la cuestión de fondo, entiende, no obstante, que el plan denunciado, según la información proporcionada por los recurrentes, supone "un evidente peligro de extinción de las cabras montés en nuestros parques forestales".
Ello, "unido a la inminencia de empezar a abatir los ejemplares a partir del día 19 de octubre actual, representa un riesgo que, teniendo en cuenta el momento procesal (...), sin conocer la legitimidad de la administración para llevar a cabo tan drástica medida ni la adecuación a derecho de la orden dada", permite adoptar la medida cautelar de suspensión, señala el auto.
A través de un comunicado, el Pacma se congratula de la decisión y recuerda que las cabras fueron introducidas por la mano humana en la década de los 90, pero la "falta de gestión y seguimiento" de las poblaciones por parte de la administración "ha llevado a que hoy alrededor de 4.000 cabras hayan hecho de estas montañas su hogar".
El Pacma reitera su oposición a cualquier método de control poblacional que implique la muerte de animales, e insta a las autoridades a poner en marcha otros "éticos y compatibles con los derechos de los animales".
Cita entre esas medidas facilitar la expansión natural y dispersión de la especie, el empleo de métodos anticonceptivos, el traslado de los animales a hábitat similares o el respeto y protección de las poblaciones de depredadores como los lobos.