El detenido, de Bangladesh, ya está en la cárcel y tenía preferencia por jóvenes extranjeras con síntomas de embriaguez. Elegía viajeras de los últimos y primeros servicios del metro y cometía las agresiones de noche y de madrugada, tras seguir a las víctimas al salir de las estaciones.
Las víctimas manifestaban en sus declaraciones que el agresor portaba en su espalda una mochila oscura y tenía dificultades para hablar correctamente el castellano, lo que sirvió para que los agentes le dieran captura.
Los Policías, durante el tiempo que ha durado la investigación, montaron un dispositivo de seguridad en las rutas y zonas que frecuentaba en el Metro de Madrid.