SEQUÍA

Ripoll y Campdevànol piden a sus vecinos que no beban agua del grifo por su alto nivel de arsénico

Los ayuntamientos de ambos municipios de la provincia de Girona también han pedido no usarla para cocinar

Anna Utiel

Girona |

Ripoll y Campdevànol piden a sus vecinos que no beban agua del grifo por su alto nivel de arsénico | Pexels

Los habitantes de Ripoll y Campdevànol, en la provincia de Girona, no pueden beber agua del grifo ni usarla para cocinar. Los ayuntamientos de los dos municipios han pedido a la población que no consuma agua de la red pública porque tiene un alto nivel de arsénico.

Ripoll y Campdevànol comparten red de agua, un agua que viene de la Vall de Ribes y que, de manera natural, contiene arsénico. Normalmente, la concentración de esta sustancia es tan baja que no supone ningún tipo de riesgo para la salud, pero, en periodos desequía, la concentración aumenta y es cuando puede ser perjudicial. De hecho, esto ya pasó hace dos años, pero entonces se encontró una solución que ahora, sin embargo, resulta insuficiente ante la gravedad de la sequía que vive Cataluña. El alcalde de Campdevànol, Oriol Lázaro, ha reconocido en declaraciones a Onda Cero que, en el contexto actual, la única solución a corto plazo tendría que caer del cielo.

"El sistema que tenemos para paliar esta presencia de arsénico en el agua es añadirle cloruro férrico, que reacciona con el arsénico y permite retirarlo. Pero hemos llegado a una concentración tan elevada que ni siquiera aplicando este método conseguimos bajarla. Por lo tanto, a corto plazo, el único remedio para solucionar la situación es que llueva", ha lamentado el alcalde.

Una solución que tardará, al menos, un año

A largo plazo, la solución definitiva será la construcción de una nueva estación depuradora para dar servicio a Campdevànol y Ripoll, que contará con unos filtros y unos tratamientos previos para eliminar el arsénico. Lázaro asegura que este proyecto hace tiempo que está previsto, pero que ahora, por fin, las obras están a punto de licitarse. El alcalde se muestra convencido de que la infraestructura será una realidad de aquí a un año.