El sector sanitario volverá a vivir un verano con mucha carga de trabajo. Si ya de por si se da lugar a una reducción de personal sanitario en verano por las vacaciones, hace unos días el ICS anunciaba que no se podrá contratar personal de sustitución y que además se reducirán las camas de los hospitales.
En declaraciones a 'La Ciutat', el vocal de la CAMFiC Jordi Mestres, ha reconocido que "la valoración ante estos recortes no es positiva. Todos estos recortes hacen que haya servicios que no funcionen, y esto, claro está, no es bueno. No se ha podido cerrar el presupuesto para sanidad y estamos sin hacer cosas que tenemos que hacer".
Unos presupuestos con los que tampoco se contaba el año pasado, cuando la situación fue mucho mejor que la de este año. Mestres ve claro que "el año pasado hubo partidas presupuestarias para determinados proyectos como la accesibilidad de la Atención Primaria, que se tenía que incorporar este año, pero al no estar estamos en el presupuesto base. Todas las partidas extras en atención primaria no las tenemos", recuenta Mestres.
Posibilidad de colapso?
El vocal de la CAMFiC reconoce que "en verano siempre hay reorganización porque hay personal que hace vacaciones, pero en esta ocasión todo se concentrará en un punto. La mayoría de infecciones se resuelven en los CAP, consultas específicas que están abiertas para casos muy concretos. Veremos si hay colapso o no, el problema es que depende de como se deriven y el volumen de pacientes que pueda llegar pueden tener problemas, especialmente los que van de forma espontánea".
Lo que queda claro es que a lo que no llega una unidad llega la otra: "El sistema de salud son vasos comunicantes, lo que no pueda absorber una unidad lo absorberá otra, y lo que no puede ser es que todo esto acabe en urgencias. Hay que atenderlos porque se trata de una afectación a la salud pública pero lo peor que puede pasar es que acaben en urgencias, porque esas unidades no están destinadas a tratar casos como las infecciones por transmisión sexual", explica Mestres.
"Hay preocupación en cuanto a cómo puede afectar todo esto a la salud mental. El personal sanitario está preparado para aguantar mucha carga atendiendo situaciones complejas, pero el problema es la cronificación de los problemas de organización en el sector sanitario. No puede ser que cada vez que pase cualquier cosa el sistema de salud se resienta. Hay que blindarlos ante estos vaivenes para cuidarles, porque trabajan desde lal vocacion", reclama Jordi Mestres.
Un Jordi Mestres que reconoce que hay que tomar medidas ante las agresiones físicas que han sufrido algunos profesionales: "Parece que el departamento se ha alineado en esto. Como trabajamos de cara al público estamos muy expuestos, y parece que la sociedad está más crispada, así que necesitamos blindar a los profesionales".