Los mayores, cada vez más solos
El padrón de Barcelona del año pasado (2023) deja algunos datos preocupantes en cuanto a la vivienda y la confirmación de que los más mayores están cada vez más solos. De las más de 200.000 personas que viven solas en Barcelona, un 43% son personas desde 65 a 90 años. Los datos también hacen evidente que
Según el padrón municipal de Barcelona del año 2023, las personas que viven en una vivienda unipersonal en la ciudad condal son 213.839, dos puntos percentuales más que a inicios del 2000 y el doble que el año 1991. Entre el colectivo de personas que viven solas, las personas más mayores son mayoría: un 43% sobre el total. Según reflexionava la coordinadora del proyecto 'Personas voluntarias previniendo la soledad' impulsado por la FATEC, Marta Raventós, en 'La Ciutat', "estos números no suponen ningún gran cambio, porque lamentablemente esta tendencia ya venía dándose, no viene motivada por la pandemia o el empeoramiento de la situación económica".
Cuanto más mayores, más solos
Si nos fijamos en las franjas de edad, un 25% de los barceloneses mayores de 65 años viven solos. La proporción llega al 28.9% en los mayores de 70, mientras que en los mayores de 90 años este porcetaje llega casi al 40%. Datos que confirman que el fenómeno de la soledad no deseada se consolida y mantiene un crecimiento leve pero constante.
Raventós ha hecho especial hincapié en la soledad no deseada: "Lógicamente, las circunstancias de vivir solo en mayores o en jóvenes son totalmente diferentes. Hay una gran diferencia entre vivir sólo y estar sólo. Aunque no creo que se trate de un abandono de la gente mayor, al final son circunstancias de la vida. A medida que uno se hace mayor probablemente pierde a su pareja o a los hijos, que por norma general se emancipan. Eso es estar sólo, porque es algo que no se busca".
En los pueblos, menos sensación de soledad
Los datos del padrón se ciñen a la ciudad de Barcelona, pero Marta Raventós cree que "dependiendo del tipo de población en la que viva la persona, la sensación de soledad queda reducida aunque se viva solo. Por ejemplo, la sensación es más notoria en las grandes ciudades y en los pueblos más pequeños. En los pueblos con cierta población la persona mayor puede sentirse más acompañada, porque tiene cierta actividad social y eso le da compañía. En una gran ciudad esto cuesta mucho más".
Mayores, pobreza energética y salud
Esta situación de soledad no deseada, recuerda Raventós, "deriva, en muchas ocasiones, en problemas de salud. La que más sufre es la salud mental, cuanto más solos nos sentimos más riesgo tenemos de sufrir problemas en este sentido, algo que se añade a los problemas de salud más físicos". Algo que también afecta mucho a los más mayores es la pobreza energética. Aquí Raventós reconoce que gran parte del problema viene "por el desconocimiento de que se dispone, por ejemplo, de un bono social con el que pueden recibir ayudas o tener más recursos, también para acabar con la pobreza energética".