En Semana Santa vimos como un temporal se llevaba por delante parte de las playas del litoral catalán, con especial afectación en la Costa Brava y el Maresme. Pero ese no fue el único desastre que provocó: Desde esos días han ido apareciendo grandes cantidades de medusas en la costa, una cantidad que ha ido creciendo hasta convertirse en auténticas invasiones en según qué poblaciones, como por ejemplo Roses, donde se han visto grandes bancos de medusas en la Cala Montjoi.
En 'La Ciutat' hemos consultado este fenómeno con Josep Maria Gili, profesor de investigación del CSIC e investigador del 'Institut de Ciències del Mar de Barcelona, que ha querido rebajar la alarma dejando claro que "estas grandes migraciones de medusas se producen cada año, pero en este caso se ha anticipado, suelen producirse a finales de mayo. Ahora se dan los condicionantes para ello, hay buenas corrientes de viento que las arrastan con más facilidad hacia la costa, donde además la temperatura del agua es la que necesitan para vivir". Tal y como nos cuenta Gili, "las medusas salen de unos pólipos y cuando lo hacen se dejan llevar por lal corriente, que este año es más fuerte. Buscan la temperatura ideal, y esta se encuentra en la costa".
Son dos las especies de medusa que han invadido la costa catalana. Una de ellas no es una medusa propiamente, sino que es un pólipo llamado 'Vela de Mar'. Según nos cuenta Gili, "se trata de una especie con tentáculos muy largos y con un sombrero grande que es ideal para que se desplacen. Aunque puedan llegar a alarmar, no pican tanto como otras y además son estacionales, no tenemos que sufrir por su presencia en verano".
Un caso bien diferente es el de la 'Pelagia Noctiluca', ya que Gili avisa que "esta sí que pica más y además está durante todo el verano, y seguramente se quedará hasta octubre o noviembre. Al fin y al cabo está en su hábitat y van donde encuentran las mejores condiciones, y a ellas les van bien las condiciones que hay en la costa catalana".
Josep Maria Gili asegura que "tendremos que convivir con ellas este verano, como hacemos siempre, pero seguramente con especial atención porque serán más abundantes". Eso sí, el investigador deja claro que "no tenemos que temer por nuestra salud a nivel global si nos pica una medusa, sí que tenemos que estar preparados para pasar un mal rato o acordarnos toda la vida de esa picada que nos fastidió el día".
Pero ojo, Gili avisa que "sí que tenemos que preocuparnos de que no nos piquen una segunda vez, ya que la picada más dolorosa es la que viene después de la primera. Si nos pican una vez vamos a pasar un rato de picor y dolor, pero la segunda es especialmente dolorosa porque el veneno genera anticuerpos que esquivan el sistema inmunitario y entonces el dolor es mayor".
Como consejo, Gili nos recomienda "aprender a convivir con las medusas. Puede fastidiar un poco, pero si vas a bañarte a una playa y ese día hay medusas pues lo mejor es marcharte a otra playa, seguramente en la de al lado no haya medusas".