Catalunya | 06.02.2023 09:55
No debían fallar y no fallaron. Salieron al campo con una actitud inmejorable, con un convencimiento de lo que tenían que hacer y encerraron al Sevilla desde el minuto uno. Es verdad que no rompieron el marcador hasta la segunda parte, pero una vez abierta la portería contraria todo fue mucho más fácil y el Barcelona se regaló un partido completo . Y eso a pesar del contratiempo de la lesión de Busquets al comenzar el partido.
Sigue creciendo el equipo sobre la base, ya innegociable, de los cuatro centrocampistas. En ausencia de Dembele al fin vimos a un Raphinha estelar, goleando y asistiendo. El brasileño posiblemente cuajó su mejor actuación desde que es blaugrana. Alba volvió a estar a un nivel elevado marcando el primer gol. Quizás a Lewandowski no le salieron las cosas de cara a la portería contraria pero es un referente y una ayuda muy importante para sus compañeros arriba. De Jong está cuajando una temporada espectacular y lidera al equipo como se le exigía . La defensa es infranqueable, habiendo encajado solo 7 goles, con el trío Araujo-Kounde- Christensen. Vamos que todo salió a pedir de boca y el equipo empieza a tener aroma de campeón de liga.
Solo se han jugado 29 jornadas pero la diferencia en puntos , y lo que es casi más importante , las sensaciones de unos y otros son muy distintas.
Se está empezando a imponer la frase de que “ Está liga ya solo la puede perder el Barcelona”, y hay una gran parte de razón, pero para nada benefician estos mensajes de euforia al equipo.
Xavi mantuvo los pies en el suelo al acabar el partido y evitó que le contagiara el ambiente de euforia que se respiraba por cualquier rincón del Camp Nou. El primer paso para ganar la liga es precisamente no darla por ganada y no rebajar ni un ápice la tensión competitiva del equipo.
Ayer el Barcelona dio un paso de gigante y un golpe casi mortal, va directo al título y además el Madrid duda y deja mucho que desear.