Después de 52 años, Cataluña dirá adiós a todos los peajes de la AP-7 y la AP-2. Las concesiones para explotar estas vías finalizan después de que el gobierno decidiera no prorrogarlas. Se materializa así una de las reivindicaciones históricas de los usuarios, que consideran que estas vías están ya "sobradamente amortizadas".
También se eliminan en el tramo norte de la C-32, en el Maresme, i en la C-33 entre Barcelona y Montmeló que son titularidad de la Generalitat.
En total, 458 kilómetros que estarán, más de medio siglo después, libres de peajes.
La pregunta ahora es cómo se financiará el mantenimiento de estas vías y en qué medida contribuirán los usuarios de las mismas.
La propuesta de la Generalitat es utilizar el sistema de la viñeta, que consiste en un pago único para poder acceder a estas vías. Es una especie de tarifa plana que cambia en función de cuantos días (o meses) queremos usar las autopistas.
El gobierno, por su parte, ha propuesto en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia una propuesta de pago bajo el modelo de que "quien contamina, paga".Una medida que se implementaría a partir del 2024.
El ex ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunció que las siguientes autopistas dejarían de ser de peaje entre 2018 y 2021: