Los comerciantes de la 'Plaça Reial', preocupados por la futura reforma
El Ayuntamiento de Barcelona anunciaba recientemente que a mediados del año que viene iniciará un proceso de remodelación de las fachadas de la plaza. Unos trabajos que, en principio, durarán 18 meses, es decir acabarán a finales de 2026. Los comerciantes, principamente restauradores, se muestran preocupados por el impacto que supondrá en la facturación de las terrazas y lamentan que el consistorio no les haya consultado ni comunicado nada antes de anunciar esta remodelación. En 'La Ciutat' hemos hablado con Patrícia Ferrer, gerente de la 'Associació d'Amics i Comerciants de Plaça Reial'.
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Gerard Sanz
Barcelona |
El proyecto de remodelación de las fachadas de Plaça Reial, una de las plazas más populares del centro de la ciudad, ya es una realidad. Así lo anunciaba el Ayuntamiento de Barcelona, que confirmaba que el inicio de los trabajos será a mediados de 2025 y durarán 18 meses, es decir que está previsto que acaben a finales de 2026. Esta remodelación supondrá un coste de 3.2 millones, el Ayuntamiento asumirá el 45% del coste y los propietarios el 55% restante.
Falta de comunicación
En declaraciones a 'La Ciutat', la gerente de la 'Associació d'Amics i Comerciants de Plaça Reial', Patrícia Ferrer, deja claro que "no estamos satisfechos con este anuncio. Cuando anunciaron esta remodelación nadie nos había consultado ni apenas comunicado nada, nos lo hemos encontrado hecho. Al fin y al cabo se está haciendo política, es lo que hay". Ferrer deja claro que "los comerciantes estamos a favor de cualquier cambio que sea positivo, como cuestiones de higiene, seguridad o urbanismo, como en este caso, pero hay que tener en cuenta el ecosistema de la plaza, del que dependen muchas familias que viven de su negocio, principalmente restaurantes que tienen la terraza como su principal fuente de ingresos".
Una gran amenaza
Para dejar clara la situación en la que se encontrarán los comerciantes, Ferrer asegura que "los negocios familiares y los pequeños comercios van a tener que cerrar porque no van a poder sobrevivir sin tener la terraza operativa. A los que cierren seguramente los van a sustituir comercios de cadena, que en principio debe ser catalana, pero el pequeño comerciante va a tener que cerrar. Eso si al final no acaban siendo cadenas internacionales, ya sería totalmente dramático" lamenta la gerente de la principal asociación de la plaza.
Posibles alternativas
Para minimizar estos efectos devastadores de la reforma Ferrer propone al Ayuntamiento alternativas viables para permitir que los negocios no tengan que cerrar su terraza, como "bastidas menos invasivas o incluso llevar a cabo la remodelación por fases e intentando que la máxima afectación no coincida con las dos campañas de verano en las que nos veremos afectados".
En lo que sí que coincide Ferrer es en "la previsión de que la remodelación respete el diseño único de estas fachadas, como ha pasado desde que se construyó la plaza".