La ciudad de Valladolid contará con un circuito urbano “pionero en Europa” para avanzar en el desarrollo de sistemas de ciberseguridad que protejan a los nuevos vehículos conectados que las marcas desarrollen y que también tendrán relación tecnológica con las infraestructuras viarias de la ciudad.
Este proyecto, que según reveló el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, se financia con fondos europeos procedentes del programa Retech de ciberseguridad, supone una “compra pública innovadora” porque implica que las empresas que se presenten a la licitación construyan “algo que hoy no existe”: un software que, a través de antenas y sensores, conecte a los vehículos con la infraestructura viaria de la ciudad y sus señales.
Pero además, tal y como apuntó Carriedo junto al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, el sistema que se desarrolle va también a proteger la seguridad de la circulación para evitar que, mediante un ‘hackeo’ de la conexión, se pueda producir el caos circulatorio.
La novedad del sistema, que se lanzará principalmente para que las marcas prueben la conexión de sus nuevos vehículos con el entorno viario pero que “también beneficiará a los vallisoletanos y a los castellanos y leoneses”, está en su desarrollo en un circuito urbano, frente a las pruebas actuales, que las marcas de vehículos y las empresas y centros de investigación en automoción realizan en circuitos cerrados.
La primera fase la llevará a cabo la Junta de Castilla y León con la licitación del software para el desarrollo del circuito, cuya empresa concesionaria deberá construir en 18 meses una vez adjudicada la licitación, y de la que después mantendrá un periodo de gestión de dos años como compra pública innovadora.
Por su parte, el Ayuntamiento de Valladolid aporta la infraestructura viaria en zonas de la ciudad que aún están por definirse, y tras los dos años de gestión de la adjudicataria, pasará a recuperar la gestión de la infraestructura en lo que supondrá, según Carriedo, “una experiencia práctica única en Europa” por permitir a las empresas un “banco de pruebas” en un ámbito real como la ciudad de Valladolid