El procurador socialista, Jesús Guerrero, ha lamentado la falta de sensibilidad de Partido Popular y Ciudadanos con el patrimonio cultural de la provincia tras rechazar la petición del PSOE de declarar como Bienes de Interés Cultural el Monasterio de San Román de Entrepeñas y la Iglesia de Navas de Sobremonte.
La propuesta fue defendida por el propio Guerrero que recordó que la provincia de Palencia tiene actualmente treinta y dos BIC en la Lista Roja del Patrimonio, y aunque alguno ha salido en los últimos meses de esta relación, por ejemplo, el Monasterio de Ribas de Campos, la lista sigue creciendo. Solo en los últimos seis meses se ha sumado tres más.
Navas de Sobremonte se encuentra en el extremo noreste de la provincia de Palencia, a 11 km de Aguilar de Campoo, municipio al que pertenece, muy cerca del valle cántabro de Valderredible. La iglesia, o sus restos, se encuentran en un altozano y en avanzado estado de ruina. Aneja a la misma se encuentra una necrópolis de siete tumbas antropomorfas y un sarcófago exento utilizado como abrevadero.
Para el procurador socialista, la ubicación de este templo resulta fundamental al encontrarse en una localidad perteneciente a Aguilar de Campoo, municipio del que es alcaldesa María José Ortega. Resulta sorprendente, para el PSOE, que ella misma haya propiciado el rechazo de la iniciativa en su calidad de portavoz del PP en la Comisión de Cultura, Patrimonio y Turismo de las Cortes, donde tuvo lugar el debate.
La total falta de interés de Ortega por el patrimonio ha quedado una vez más en evidencia al consentir que este monumento complete el total de cuatro adscritos al municipio aguilarense que se encuentran en la actualidad en la relación de “Hispania Nostra”, convirtiéndose, probablemente, en la localidad de Castilla y León con mayor número en la Lista Roja del Patrimonio.
Por su parte, el Monasterio de San Román de Entrepeñas se encuentra situado en el término municipal de Santibáñez de la Peña y a día de hoy se está recuperando por iniciativa del Grupo de Acción Local de la Montaña Palentina y los ayuntamientos de la comarca.
El edificio ha sufrido continuos espolios desde el siglo XIX, si bien, el abandono definitivo se produjo durante la Desamortización de Mendizábal del año 1836,
arruinándose sus muros hasta el punto que resta únicamente una torre románica y un puente, también románico en los alrededores.