Advertida por la llamada de auxilio de su hija en la que requería presencia policial urgente ya que su madre no respondía a sus llamadas ni abría la puerta del domicilio y podía oír como en el interior de la vivienda su hijo menor de dos años, que estaba al cuidado de su madre, no dejaba de llorar. Con la máxima premura un indicativo de atención al ciudadano se dirige al lugar comprobando que la puerta de la vivienda se encontraba cerrada con llave y se oía llorar incesantemente a un niño en el interior de la misma.
Una vez franquearon la puerta y con las instrucciones telefónicas del personal sanitario, los agentes comienzan la reanimación de la mujer que estaba seminconsciente y consiguen que progresivamente comenzara a recuperarse hasta la personación de los sanitarios a los cuales trasladan las maniobras de auxilio practicadas con las que se consiguió estabilizar a la mujer hasta su trasladado al Hospital universitario de León.