SEPRIMAN y FECEVAL agraria fundamentan su rechazo en tres pilares básicos: su impacto sobre la salud, su impacto ecológico y, como colectivos profesionales, su impacto negativo sobre su actividad económica, la agricultura.
En este último aspecto, desde su experiencia profesional y en base a los informes de sus técnicos, consideran falaces las afirmaciones de la empresa sobre la reposición de la capa fértil del terreno y niegan en rotundo que esto se pueda llevar a efecto con garantías. Y, fundamental para estas asociaciones, el gran consumo de agua necesario para este proyecto y el riesgo potencial de contaminación de los acuíferos, por las trazas de elementos radioactivos como el torio y el uranio presente en estas tierras raras. Todo ello, afirma el representante de SEPRIMAN Vicente Garrido, puede causar un perjuicio evidente a la venta de sus productos, con repercusiones negativas para miles de familias.
Por todo lo expuesto y porque afirman ser quienes día a día pisan esta tierra y quieren "seguir viviendo en ella y de ella y dejar en herencia a nuestras familias un entorno limpio, saludable y fértil" piden amparo a las autoridades, tanto a los alcaldes a nivel local como al presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para que no autoricen este tipo de proyectos en comarcas como las del Campo del Montiel y el Campo de Calatrava.