Es tradicional que ovejas y cabras se alimenten de las matas y los melones sobrantes, una vez finaliza la cosecha. Para los animales es un complemento nutritivo y agradable, en una de las épocas más secas y calurosas en esta zona. Para los ganaderos una ayuda, al reducir los gastos en grano, forraje o piensos.
Sin embargo, este año al acabar la recogida en muchas parcelas se machaca o voltea lo que queda, dejando a sus animales sin esa comida, como hace público Unión de Ganaderos y Ganaderas Independientes. José García de Mateos es su presidente.
Desde UGI explican que los agricultores justifican esta medida por la obligación de recoger los plásticos de la siembra temprana, dicen que los animales rompen con sus pezuñas este material y eso dificulta su tarea. Este argumento no convence a los ganaderos, ya que pasar con tractores y cadenas a lo melonares ocasiona iguales o mayores destrozos, señala García de Mateos.
UGI recuerda a los empresarios agrícolas que también pertenecen al sector primario y, por tanto, están afectados por el incremento de los gastos de producción y los bajos precios por sus producciones. Por eso piden mantener la tradicional colaboración en beneficio de ambas partes.
En algunas localidades, es el caso de Alcázar de San Juan, existen ordenanzas municipales donde se establece que el agricultor tiene que avisar al ganadero cuando acaba la cosecha y estos últimos tienen treinta días para sacar partido a esos restos vegetales.
Unión de Ganaderos y Ganaderas Independientes ya ha iniciado contactos con las comisiones de pastos de otros municipios, como Valdepeñas, para intentar que se aprueben normas similares e intentar garantizar el aprovechamiento de esos pastos.