El solsticio de invierno se produce cuando el eje de rotación de la Tierra alcanza su máxima inclinación en un ángulo que marca cuánta luz recibe cada región del planeta. En nuestro caso, este es el día con menos horas de sol y que da paso a la estación más fría del año.
En torno a esta fecha, unas jornadas antes y después, la trayectoria del sol parece no cambiar, de ahí el nombre de este fenómeno astronómico. La palabra solsticio proviene del latín solstitium, derivado de sol, y sistere, que se puede traducir por permanecer quieto, estar parado o detenerse.
Durante milenios, culturas de todo el mundo han celebrado o venerado este momento, una de ellas tiene sus raíces en nuestra comarca. Castillejo del Bonete, en el término municipal de Terrinches, donde los hallazgos arqueológicos sitúan un santuario, creado en torno a una cueva natural, monumentalizada mediante túmulos y utilizada como cámara funeraria durante el Calcolítico y la Edad del Bronce. El doctor Luis Benítez de Lugo, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y director de las investigaciones arqueológicas en este yacimiento.
Este enclave conserva, incluso después de tanto tiempo, esa relación con el solsticio, explica Benítez de Lugo. Cada vez que el sol sale o se pone, en este momento del año, se produce en este lugar un juego fascinante de luces y sombras que nos habla de la conexión espiritual de nuestros antepasados con este monumento prehistórico.
Así empezará en Castillejo del Bonete la nueva estación, el invierno, que durará 88 días y terminará el 20 de marzo de 2022 con la primavera.