Los animeros recorren las calles de esta pequeña localidad cada 28 de diciembre llamando a las puertas de las casas para solicitar un donativo con el que encargar misas por las almas en pena del purgatorio.
En los archivos parroquiales de Almedina existen referencias a esta práctica que datan del siglo XIV, explica a Onda Cero Pepa González, componente de la Hermandad de Ánimas.
Durante todo el día el animero mayor ostenta el bastón de mando, cedido por el alcalde del municipio. Es esa figura quien también por la noche, durante el baile, da paso a que los hombres y mujeres pujen por las "pistas" o piezas musicales o diga quien puede o no bailar.
Es una tradición conservada con celo y, aunque todavía tiene mucho de machista, ha incorporado plenamente a las mujeres, afirma González.
Los almedinenses participan con alegría en este Día de la Ánimas que mezcla elementos religiosos y paganos, como la bandera de la hermandad, con dos tibias y una calavera bajo la inscripción "Serás lo que soy".
Almedina, junto a una localidad de Murcia, son las únicas que mantienen esta tradición.