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La Unidad de Ictus del Hospital de Talavera ha atendido a cerca de 900 pacientes

La Unidad de Ictus es un espacio hospitalario específicamente orientado para el tratamiento del ictus, dotada de monitorización continua y de un grupo de profesionales formado por neurólogos especialistas en patología cerebrovascular y profesionales de enfermería experta en el manejo de esta patología.

Redacción

Talavera de la Reina |

La Unidad de Ictus del Hospital de Talavera ha atendido a cerca de 900 pacientes | .

La Unidad de Ictus del Hospital General Universitario ‘Nuestra Señora del Prado’ de Talavera de la Reina, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha atendido a un total de 885 pacientes desde que en enero de 2020 se pusiera en marcha en la sección de Neurología del centro sanitario.

A lo largo de estos años, como señala el jefe de la Sección de Neurología, el doctor Octavio Sánchez del Valle, se han realizado también 134 tratamientos fibrinolíticos y se ha enviado a 41 pacientes para realización de trombectomía mecánica al centro de referencia, el Hospital Universitario de Toledo.

El doctor Sánchez del Valle explica que la Unidad de Ictus del Hospital de Talavera está dotada con cuatro camas de hospitalización, monitorizadas de forma permanente, y el centro cuenta igualmente con una consulta específica de patología cerebrovascular, integrada en la sección de Neurología para prestar asistencia sanitaria a aquellos pacientes que, una vez han recibido el alta hospitalaria tras sufrir un ictus, requieren de un seguimiento más estrecho.

Para atender a esta patología, la sección de Neurología cuenta con ocho facultativos y personal de Enfermería específicamente formado para la asistencia de estos pacientes, prestando asistencia sanitaria durante las 24 horas del día a los casos en los que es necesario activar el ‘Código Ictus’ en el Área de Talavera.

Una Unidad de Ictus, explica el neurólogo, es un espacio hospitalario específicamente orientado para el tratamiento de esta patología. Los pacientes ingresan en una unidad de vigilancia semi intensiva dotada de monitorización continua y con un grupo de profesionales formados por neurólogos especialistas en patología cerebrovascular y enfermería experta en el manejo del ictus.

Factores como la hipertensión arterial, la saturación de oxígeno, la glucemia o la hipertermia actúan sobre los requerimientos metabólicos del sistema nervioso central, provocando un aumento del daño durante la isquemia, por lo cual estos factores deben ser monitorizados y tratados de manera continua en los pacientes con ictus agudo. Numerosos estudios avalan el beneficio clínico de esta monitorización.

El doctor Sánchez del Valle explica que las Unidades de Ictus demuestran un mayor beneficio para los pacientes, ya que se reduce la estancia media hospitalaria, la mortalidad y la dependencia, así como las complicaciones sistémicas y las neurológicas. Asimismo, reducen la mortalidad de los pacientes con ictus cuando se comparan con respecto a las unidades de atención convencional.

En este sentido, la valoración urgente por un neurólogo en las primeras horas ha demostrado disminuir en más de un 15 por ciento la tasa de complicaciones intrahospitalarias, en un 13 por ciento el grado de dependencia y disminuir hasta un tercio la mortalidad intrahospitalaria respecto a otras especialidades médicas.

Esta reducción es especialmente llamativa en las Unidades de Ictus monitorizadas, consiguiéndose una reducción de hasta el 22 por ciento en mortalidad y complicaciones intrahospitalarias respecto a las no monitorizadas, dada la complejidad actual del tratamiento agudo del ictus isquémico.

El ingreso en una unidad de ictus produce, además, efectos beneficiosos en el bienestar psicosocial del paciente y se provee de cuidados clínicos, información y consejo clínico-asistencial, que son importantes para la persona.

Ictus

El ictus es una de las enfermedades más prevalentes e invalidantes y la primera causa de fallecimiento en las mujeres. En las últimas décadas, el conocimiento del ictus ha crecido enormemente, no sólo en cuanto a su fisiopatología o en cuanto a las causas que lo producen, sino también en las estrategias de tratamiento que posibilitan que sea tratado a tiempo para intentar limitar sus consecuencias.

El doctor Sánchez del Valle explica que “gracias a todos estos avances, entre los que se incluye la trombólisis intravenosa, se ha cambiado el concepto de que el ictus es algo que ocurría y no había esperanza ni posibilidad de tratamiento, por la idea de que hay una ventana terapéutica y es precisamente en ese tiempo cuando existe la posibilidad de actuar sobre él. Esto lo convierte en una enfermedad que precisa de un tratamiento emergente, inmediato, sin demora, para intentar salvar el tejido cerebral de una muerte, de otra manera, irremediable”.

“Ha habido muchos avances en cuanto al tratamiento y pruebas diagnósticas para el estudio del ictus, sin embargo, los mejores resultados se han conseguido con el ingreso de los pacientes en una Unidad de Ictus”, afirma el responsable de la Unidad de Ictus del Hospital de Talavera.