Así lo ha indicado David Manzanares, responsable de la sectorial de cereales de Asaja, que se ha reunido este lunes en Cuenca para abordar la situación del sector, dado que las previsiones auguran que la cosecha nacional será de 15, 5 millones de toneladas en todo el país; es decir, un 20 por ciento menor que la anterior.
Y en Cuenca la merma podría llegar al 35 por ciento (unas 700.000/800.000 toneladas) por la sequía durante la campaña, especialmente durante el mes de mayo por la ola de calor, momento en el que las temperaturas alcanzaron los 40 grados.
Según Manzanares, Cuenca es la provincia más agrícola de toda la región, y la que más depende de los cereales dado el proceso de sustitución de los últimos años del cereal por cultivos leñosos, como el almendro, la viña, el olivo o el pistacho.
A su juicio, esto contribuye al ahorro de agua pero en una crisis alimentaria internacional como la que se está atravesando por la guerra de rusa en Ucrania entiende que a regiones como Castilla-La Mancha no le conviene depender del exterior.
En este sentido, recuerda que las importaciones se pagan en dólares.
La superficie de cereal sembrada en la provincia de Cuenca es de 330.000 hectáreas, especialmente de cebada (270.000), y en menor medida trigo (30.000) y centeno, avena y triticales (30.000).
Respecto a los precios, Manzanares ha recordado que está en alza, pero también los costes de producción, tanto los combustibles como los fertilizantes.