Las Tablas de Daimiel empiezan a inundarse con agua de sondeos de emergencia
El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más singulares de la Península Ibérica, con apenas 24 hectáreas de terreno inundadas de las 1.750 que son susceptibles de serlo, ha comenzado a recibir agua de los sondeos de emergencia con los que cuenta este espacio natural.
Según han informado este miércoles a Efe fuentes del Organismo Autónomo Parque Nacionales, el pasado 28 de septiembre se procedió a la puesta en servicio de la batería de sondeos de emergencia del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel en conformidad con el acuerdo de la Comisión Mixta de Gestión de los Parques Nacionales de Castilla-La Mancha.
La puesta en marcha de la batería de pozos, que aportarán un caudal de 1 metro cúbico por segundo durante ocho horas diarias, se ha producido después de que se recabara la autorización especial de bombeo de 10 hectómetros cúbicos de agua otorgada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
El bombeo ha comenzado coincidiendo con el inicio del otoño con el objetivo de conseguir que se completen los ciclos biológicos de la biocenosis presente en este espacio natural, tanto de la fauna como de la flora.
También permitirá garantizar la humectación del paquete de turbas del Parque Nacional, evitar el riesgo de autocombustión y conseguir una lámina de agua que favorezca la invernada de las aves acuáticas en Las Tablas de Daimiel, han precisado estas fuentes.
Tras el periodo estival, la superficie encharcada en el Parque se había reducido hasta las 24 hectáreas, lo que supone uno de los niveles más bajos de encharcamiento del humedal registrados en los últimos años.
La bajada de las temperaturas al comienzo del otoño, han indicado estas fuentes, garantiza la eficiencia del bombeo, minimizándose la evaporación y adaptándose a lo largo de este tiempo a las condiciones meteorológicas.
La última vez que se puso en marcha la batería de sondeos de emergencia al parque nacional fue el pasado mes de mayo, en el que se llegaron a bombear un total de 288.000 metros cúbicos.
Estos bombeos llegaron a conseguir el objetivo de ralentizar el proceso de desecación de la zona inundada comprendida entre el Molino de Molemocho y el Ojillo y garantizar así la cría de las aves acuáticas y que las plantas subacuáticas completasen su ciclo biológico produciendo esporas permitiendo su continuidad.
Previamente, en el año 2020 también se puso en marcha esta batería de pozos de emergencia durante los meses de marzo y abril llegándose a bombear 3.757.415 metros cúbicos que permitieron incrementar la inundación del parque nacional de las 75 hectáreas iniciales hasta las 312 hectáreas al final del bombeo.
Ese mismo año, entre los meses de octubre y diciembre también se activó la batería de pozos de emergencia hasta incrementar la superficie inundada del parque de las 34,50 hectáreas a las 336 hectáreas con la aportación de 5.461.554 metros cúbicos de agua