Ciudad Real | 07.10.2021 14:57
En su derecho a la última palabra, Francisco Pablo Seco ha sido muy breve y ha manifestado que suscribe todo lo que ha dicho su abogado, quien ha pedido la libre absolución de su cliente.
Mientras, la Fiscalía, en sus informes finales, ha mantenido el delito de asesinato con alevosía pero aumenta de 20 a 22 años la pena de prisión para el acusado. Por su parte, las dos acusaciones particulares siguen solicitando entre 20 y 30 años de cárcel también por el delito de asesinato. Unas de las acusaciones mantiene la alevosía pero la otra añade el ensañamiento con la agravante de que el acusado buscó asegurarse la impunidad.
ULTIMA SESIÓN DE LA VISTA ORAL
En la última sesión del juicio oral, han declarado forenses y facultativos de los servicios de biología y criminalística, entre otros.
Los forenses que hicieron la autopsia aseguran que no había signos de lesiones de defensa en las manos del fallecido y que el cadáver presentaba hasta 27 heridas, 15 de ellas en el cuello, y el resto en tórax, cara, cráneo y brazo. La herida mortal aparece en la yugular y, según las forenses, la ausencia de signos de defensa en el fallecido demuestra que las lesiones más graves se realizaron al principio de la agresión.
En su informe señalan que la víctima murió por un shock hipovolémico, es decir, que el cuerpo tenía menos sangre de la que es necesaria. Han declarado que la muerte fue violenta y que las heridas se habían hecho con un arma blanca.
Declaran que hay una desproporción entre las heridas que presentaban la victima y el acusado. Este último solo tenía seis lesiones y todas superficiales, una de ellas hecha por la sujeción de un arma cortante. Sin embargo, los sanitarios de urgencias que atendieron al acusado cuando fue llevado a las dependencias policiales aseguran que solo vieron dos heridas.
Por su parte, las facultativas del servicio de biología afirman que las tijeras con las que presuntamente se cometió el crimen solo tenían restos de sangre del fallecido y no se detectaron huellas de ADN del acusado.
Mientras, las facultativas del servicio de criminalística han manifestado que 18 heridas eran inciso-penetral y compatibles con unas tijeras que entraban y salían del cuerpo, aunque la herida más importante se había hecho con un movimiento del objeto.
Además, la policía científica ha determinado que en las ropas que llevaba el acusado en el momento del crimen había perfil de ADN del fallecido.