Solo el 28% de perros y el 4% de los gatos recogidos por protectoras en 2020 llevaban microchip
Así lo indican los datos del Estudio “Él Nunca lo Haría” 2020 de la Fundación Affinity, que hace hincapié en la necesidad de identificar correctamente a perros y gatos
"La implantación del microchip es una de las estrategias principales para luchar contra el abandono e incrementar las devoluciones de aquellos animales que no han sido abandonados, sino que se han perdido y pueden ser devueltos fácilmente a sus familias. La situación de los gatos es especialmente vulnerable en este sentido, porque casi todos los que llegan a las protectoras están sin identificar”, explica Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.
El perfil de los perros y gatos recogidos en 2020 son más animales seniors que en 2019, ya que se ha pasado del 12% en 2019 al 22% en este año. En el caso de los gatos se pasa del 7% al 19%
Isabel Buil asegura que “estos animales son los más vulnerables porque son los que las familias no buscan como primera opción. Su adopción tiene por tanto más barreras y acaban pasando más tiempo en las protectoras. Desgraciadamente existe la creencia errónea de que un perro adulto ya no podrá integrarse de la misma manera a una nueva familia o que no podrá ser educado correctamente. Y eso no es verdad. Adoptar animales adultos o seniors puede ser una opción excelente, y permite de igual manera educar al animal y crear un vínculo emocional fuerte con él”.
Por estado de salud, el 58% de los perros recogidos por protectoras se encuentran en buen estado, y el 42% llegan heridos o enfermos. En cambio, en lo que se refiere a los gatos, sucede al revés, la mayoría de los que llegan a las protectoras (un 55%), están heridos o enfermos. “Se trata de animales muy vulnerables, ya que a la falta de alimento, cuidados y afecto que proporciona un hogar se suma su exposición a peligros externos, como posibles accidentes, infecciones, atropellos u otras amenazas que hacen que, cuando llegan a las protectoras, muchos de ellos lo hagan en condiciones de salud muy precarias”, explica Isabel Buil.