Desarticulados dos grupos de tráfico de drogas en Cantabria con 11 detenciones
La Policía Nacional ha detenido a once personas, nueve hombres y dos mujeres, de entre 27 y 61 años, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas.
La Policía Nacional ha detenido a once personas, nueve hombres y dos mujeres, de entre 27 y 61 años, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, y además dos de ellos, como presuntos autores de un delito de tenencia ilícita de armas, dentro de la denominada 'Operación Fire'. Con estos arrestos, se dan por desarticulados dos grupos dedicados a este tipo de tráfico en Cantabria.
En concreto, con esta operación policial se paraliza la venta y distribución de cocaína --se han incautado 3.500 dosis listas para la venta con un valor en el mercado ilícito de 250.000 euros--, hachís y MDMA en Santander y otros municipios, lo que conlleva a la erradicación de ocho puntos negros de venta.
Los agentes del Grupo de Estupefacientes sabían desde abril de dos individuos dedicados a la venta y distribución de estupefacientes al menudeo, tanto en Santander como en varias localidades limítrofes, por lo que una vez judicializada la investigación pudieron constatar que se trataba de dos ramas de distribución diferentes, cada una de ellas con su propia cartera de clientes --aunque coincidían en algunos-- lo que propició que la investigación se iniciara sobre ambos individuos de forma simultánea.
Los primeros dispositivos de vigilancia y seguimiento sobre ellos, junto con otras medidas de investigación, detectaron una rama de distribución radicada en Santander. Se trataba de un individuo que distribuía cocaína al menudeo a pequeña escala, tanto desde su domicilio en una céntrica calle de Santander, como a demanda de los consumidores en distintos puntos de la ciudad, lo que hacía al amparo y valiéndose del taxi con el que trabajaba.
También comprobaron que contaba con un estrecho colaborador en la distribución de estupefacientes y con dos proveedores que le surtían de las sustancias que posteriormente distribuía.
Según iba avanzando la investigación, los agentes centraron la atención sobre los dos proveedores y constataron que su nivel de actividad "era apabullante". Éstos, a su vez, contaban con otros tres distribuidores menores radicados en Santander y municipios limítrofes, como Astillero, Camargo, etcétera.
De forma paralela, los agentes centraron la atención sobre la otra rama de distribución, a cargo de un individuo con un alto nivel de venta y distribución de cocaína, que tenía como punto de referencia de la actividad ilícita su domicilio en la localidad de Mogro-Miengo, donde residía con su pareja. Este hombre distribuía la sustancia estupefaciente tanto a clientes/consumidores como a otros distribuidores menores, y su ámbito de actuación por lo general eran las zonas de Miengo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Torrelavega e incluso Santander.
Igualmente, esta persona contaba con otro estrecho colaborador en la distribución, que a la vez le hacia las funciones de guarda y custodia (caletero) del grueso de la droga, y que residía junto a su pareja, también participe de la actividad, en la localidad de Mortera. En el registro domiciliario de ambos se encontró un arma de fuego.
El 20 de noviembre, la investigación concluyó con la entrada y registro de siete inmuebles y la detención de diez de los once implicados, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, en Santander y en otros municipios de esta Comunidad Autónoma. Al día siguiente se llevó a cabo la última de las detenciones, una de las mujeres.
Durante los registros los agentes se incautaron de 3.500 dosis de cocaína (papelinas), con un peso total de dos kilogramos, preparadas para la venta inmediata y que alcanzarían un valor en el mercado ilícito de unos 250.000 euros; 260 gramos de hachís; 6 gramos de MDMA; 10 balanzas de precisión; cuatro envasadoras al vacío y diversas bolsas con recortes circulares.
En los registros llevados a cabo también se intervino un vehículo; 26.800 euros; un arma de fuego; 14 armas blancas; 14 teléfonos móviles y 18 relojes.
Los once detenidos, siete de ellos con antecedentes, fueron puestos a disposición judicial, que decretó el ingreso en prisión de dos hombres.
La Policía ha destacado la importancia de la incautación del arma de fuego y de las catorce armas blancas halladas en los registros, que han sido retiradas de la circulación.