Barcelona F.C. Vs. U.D. Las Palmas: Orgullo
👉 Se sabía que sucedería, la mala racha estaba al acecho y ha llegado
⚽ Las Palmas ha llegado a esta frontera final así, con este equipaje y no cabe más orgullo
Canarias |
Explicar qué es el fútbol desde fuera, para alguien a quien le dé igual, es complicado porque hoy Las Palmas perdió y, sin embargo, otros días en que ha ganado o empatado te vas contento con los puntos, pero rápido olvidas ese duelo. Este partido, en el cómputo del año no pasará a la historia, el equipo se vuelve de vacío, acumula seis partidos sin ganar, pero tiene ya un saco de puntos tan importante como para que este bache se afronte de otra manera, pero sí deja este encuentro en Montjuic un poso de orgullo, de saber sobreponerse a las situaciones, de entender el contexto en el que se produce que sí sirve para recuperar la identidad, refrendar el camino, rehacer el muro sobre el que está construido el equipo ahora que vienen mal dadas.
Se sabía que sucedería, la mala racha estaba al acecho y ha llegado, sin embargo, este partido en Barcelona debe servir para refrescar lo que se ha hecho
Viendo el Cádiz — Granada pensaba en que ese era nuestro destino, sufrir, ganar poco, hacer muchas cuentas a estas alturas, las famosas ‘calculadoras de la permanencia’ e inventos así, pues no, la UD tiene una mochila de puntos tan importante que puede ir rascando puntos hasta llegar a la meta. Cuanto antes mejor, claro, pero hay muchísimos equipos que se cambiarían por nosotros llegados a este punto del mapa.
‘La vida te lleva por caminos raros’ es una canción de Diego Vasallo que versionó Quique González que viene al pelo ahora, la UD se quedó a los 24 minutos sin uno de sus estandartes, Álvaro Valles, y perdió 1–0 en Montjuic ante el F.C. Barcelona, todo pintaba mal y, sin embargo, el equipo supo rehacerse, corregirse, adaptarse, entender que lo que tocaba era agarrarse a un clavo ardiendo, el de la resistencia. Sólo una obra de arte en forma de pase de Joao Félix derribó el embalse grancanario con un cabezazo de Raphinha.
Las Palmas ha llegado a esta frontera final así, con este equipaje y, no cabe más orgullo, como decía Walt Whitman en Hojas de Hierba, “entre mi sombrero y mis zapatos”.