La nueva depuradora de Palma se financiará con fondos Next Generation y tendrá capacidad para 676.000 habitantes
Se estima que las obras de la nueva depuradora de Palma finalicen en agosto de 2026, con una inversión de 142 millones de euros provenientes de fondos Next Generation. La instalación cumplirá con la normativa en materia de vertidos, ofreciendo tratamientos avanzados para fangos reutilizables y agua apta para usos agrícolas y baldeos
Las obras en la depuradora Palma II podrían estar finalizadas en agosto de 2026, se espera que tenga capacidad para 676.000 habitantes y tendrán una dotación presupuestaria de 142 millones de euros, provenientes de los fondos Next Generation.
Así lo ha detallado el director de proyecto y obra, Luis Miguel Piqueras, en el acto de presentación de estas instalaciones, en el que también se ha explicado el proyecto del emisario, que en estos momentos se encuentra en fase de redacción.
Piqueras ha aseverado que las instalaciones se adaptarán a la normativa de vertidos, especialmente en lo que se refiere a los nutrientes, el tratamiento de fangos, que podrán ser empleados como producto para abono agrícola, y el agua que reciba tratamiento terciario se podrá usar también para la agricultura o baldeos.
Las obras de esta nueva depuradora -actuación declarada como de interés general del Estado- ya se encuentran en fase de ejecución, se dividen en tres fases y ya se habría completado la primera de estas etapas de la intervención, por lo que la segunda, consistente en las construcción acabarán en agosto de 2026, y la tercera, que implica la puesta en marcha de las instalaciones, con la incorporación gradual de los caudales de aguas a tratar para afinar los diferentes procesos, podría alargarse otro año.
Estas obras están adjudicadas a una unión temporal de empresas (UTE) integrada por Lantania, Copasa y Tedagua y vendrían motivadas por las "deficiencias" que presenta la antigua depuradora.
Una vez se compruebe el correcto funcionamiento de las nuevas instalaciones, se procederá al desmantelamiento y retirada de las que actualmente están en uso.
Piqueras ha concretado que Palma II está dimensionada para una capacidad de 60.000 metros cúbicos al día en su diseño actual, si bien tiene prevista una futura ampliación a 90.000 metros cúbicos al día, cuando podrá asumir una capacidad de más de un millón de habitantes.
La nueva depuradora contará con los habituales procesos de un pretratamiento, un tratamiento con una decantación primaria, asociada también a un tratamiento de tormentas, tratamiento biológico secundario y tratamiento terciario.
Retirada de residuos voluminosos en el pretratamiento
El pretratamiento sirve para la retirada de elementos dañinos para las instalaciones, entre los que figuran residuos voluminosos como piedras, maderas o toallitas húmedas, que se hará con una serie de rejas y tamices. Todos esos elementos se retirarán de la línea de agua, se comprimirán y serán trasladados para su gestión correspondiente de residuos.
En la decantación primaria se incorporan en este edificio seis líneas de desarenado y desengrasado. Las arenas se quitan debido a que son elementos abrasivos que dañan las instalaciones de bombeo y las grasas porque merman la capacidad de tratamiento de los procesos biológicos y terciarios que vienen a continuación.
El agua tratada seguirá unos procesos de decantación, en la que también se le añadirán coagulantes y floculantes para el posterior tratamientos físicoquímico. De igual modo, también se le ha dotado de un diseño para asumir escenarios de fuertes lluvias.
A continuación se sitúa el tratamiento biológico que estará ayudado del tanque de tormentas, que fue construido recientemente por Emaya. Este tanque de tormentas servirá para laminar los caudales de entrada al tratamiento biológico para que sean lo más estables posibles.
El tratamiento biológico consta de cuatro reactores de unos 16.000 metros cúbicos de capacidad cada uno de ellos, de 100 metros de longitud y cuatro decantadores secundarios asociados a cada uno de los reactores.
Aquí se retira la carga orgánica y se reducen los nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, mediante un proceso para generar el crecimiento de bacterias y microorganismos y la materia orgánica que se separa se incorpora a la línea de fangos.
A la salida del tratamiento biológico, el efluente ya cumple con la calidad de vertido exigida por la directiva de la Unión Europea y aún se llevaría a cabo un tratamiento terciario para conseguir la máxima calidad de agua regenerativa, a través de una filtración textil y desinfección con lámparas ultravioleta.
Con este tratamiento, el agua regenerada se almacenará en un depósito de 15.000 m3 situado en la parte final de la depuradora para su uso agrícola, industrial o la limpieza de las calles.
En cuanto a la línea de fangos, los elementos que se han retirado y no son aptos para devolverlos a un cauce público, se emplearán también en la agricultura, aunque en su tratamiento también se aprovecharán para la generación de biogás.
El objetivo es que estas instalaciones utilicen un 10 por ciento menos de energía que las que actualmente están en funcionamiento y, para ello, se colocarán paneles fotovoltaicos, que podrían generar 1,2 megawatios.
Las actuaciones también prevén un reencauzamiento del Torrent Gros para prevenir posibles inundaciones de la parcela de la depuradora. En ese lugar, se pretende construir un parque fluvial que integre los alrededores de la depuradora con Ciudad Jardín.
Emisario terrestre y submarino
La depuradora llevará aparejado el proyecto de construcción de un nuevo emisario terrestre y submarino que tenga una capacidad de tratamiento de 33.000 m3 por hora. Este nuevo emisario no entraría dentro de los plazos que cubren los fondos 'Next Generation' --al finalizar 2026-- por lo que se buscará financiación propia o a través de otra línea de la UE.
Piqueras ha apuntado que para la ubicación de este nuevo emisario se han hecho trabajos para identificar y mapear las zonas de posidonia con el objetivo evitar su afectación, puesto que el punto de vertido final del emisario supera en varios centenares de metros el final de las praderas de posidonia.
El trazado discurrirá por las calles en zanja, por lo que se empleará una tuneladora para evitar molestias a los vecinos, el tráfico y las instalaciones hoteleras.
Ese túnel arrancará justo al inicio de la zona urbana --durante 700 metros--, se introducirá dentro de la zona costera --otros 700 metros-- y saldrá a la superficie marina --otros 400 metros--, en forma de tubo que se ubicará sobre el lecho marino con lastres.
"Desbloqueará" proyectos urbanísticos
En el acto de presentación de las obras han estado presentes el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el conseller del Mar y el Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, y el alcalde de Palma, Jaime Martínez.
Morán ha destacado que esta depuradora es de "última generación" y situará a Palma "a la cabeza" en términos de depuración, para un territorio que "presume de calidad ambiental", lo que "fomenta su atractivo y actividad económica".
Por su parte, Martínez ha resaltado que la depuradora es una "reivindicación histórica" y permitirá que "no se vuelvan a producir" los episodios de vertidos, provocados por el déficit de las instalaciones que no podían asumir el crecimiento poblacional de la ciudad.
Al ser preguntado por si estas instalaciones podrían tener alguna influencia en los proyectos urbanísticos que estuvieran pendientes de ellas, el alcalde de Palma ha asegurado que Palma II "desbloqueará" los proyectos de desarrollo que estaban paralizados en el Plan General de Ordenación Urbana, que estaban supeditados por la Comisión de Medio Ambiente a disponer de esta nueva depuradora.