El Govern balear y el Ayuntamiento de Palma han puesto en marcha recientemente el colector interceptor y el tanque de tormentas de la ciudad, una obra que ha tenido un coste de 27 millones de euros, que han sido financiados a través del canon de saneamiento de aguas, gracias al trabajo conjunto con la Conselleria de Medio Ambiente, y que se espera que, junto con la nueva depuradora --cuya obra ya ha sido adjudicada-- y la renovación de redes de saneamiento,permita acabar con el problema de los vertidos en la ciudad.
En rueda de prensa, la presidenta del Govern, Francina Armengol, el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, el alcalde de Palma, José Hila, y el regidor de Medio Ambiente y Bienestar Animal, Ramon Perpinyà, han coincidido en que la puesta en marcha del colector interceptor y el tanque de tormentas es "una de las piezas que, junto con la renovación de redes de saneamiento y construcción de la nueva depuradora --cuya obra ya ha sido adjudicada-- permitirá que los vertidos sean historia".