De este modo, el jugador de Manacor hará historia ya que será el primero en acabar en tres años no consecutivos en lo más alto de la clasificación mundial, después de hacerlo también en los años 2008 y 2010, aunque este tiene la connotación especial de haberlo hecho después de estar parado siete meses por lesión.
Pero conseguir este objetivo fue más complicado de lo esperado. Al ocho veces ganador de Roland Garros, que además se clasificó para las semifinales de este evento de final de año, le bastaba con alargar su favorable estadística con el suizo, al que había derrotado en sus anteriores once partidos, sin perder ninguno de los 25 sets disputados, pero su rival no lo puso fácil pese a ir a remolque.
Nadal volvió a ofrecer la versión más discreta de su tenis, aunque mejoró respecto al estreno ante David Ferrer, y eso le dio muchas más opciones al de Lausana, muy agresivo y que nunca se fue del partido, aunque fue en muchas ocasiones víctima de errores que le costaron demasiado caro y en la dos 'muertes súbitas' le faltó más temple, desperdiciando incluso una bola de set en la segunda manga.