Illes Balears |
El gerente de la naviera Trasmapi Rafael Cardona ha estado en el programa Más de Uno Ibiza y Formentera para analizar la historia de esta compañía que acaba de cumplir 50 años como una de las más relevantes de Baleares y que ha sido galardonada con el Premio Onda Cero Ibiza y Formentera 2024 en la categoría de Empresa.
Este ibicenco es historia viva de la naviera ya que lleva en ella casi desde que la creara hace ya cincuenta años gracias a la colaboración de la familia de Alonso Marí y la de los Viñas a la que él pertenece y por ello es una de las voces más autorizadas para hablar de su pasado, presente y futuro. Tanto que conversar con él es una lección de historia en el que salen nombres de embarcaciones como la Joven Dolores, el Tanit, el Verdera y por supuesto el Burlón, “el primer barco con el que contó Trasmapi para conectar el Puerto de Ibiza y el Puerto de la Savina, construido de madera en Cádiz con 29 metros de eslora y que a pesar de estar pensado para pescar en el Norte de África se acabó convirtiendo en un emblema gracias a su capacidad para transportar unos 250 pasajeros y hasta seis coches”.
En este sentido, Cardona también recordó como fueron aquellos inicios de Trasmapi, “cuando se creó la compañía para reforzar los trabajos de construcción de los hoteles de la familia Marí” y como “a lo largo de todos estos años la máxima siempre ha sido la de hacer más fácil la vida de los pitiusos a través de las conexiones marítimas”.
A lo largo de estos cincuenta años la compañía acumula cientos de anécdotas al haber sido testigo directo de como ha evolucionado las Pitiusas desde aquellos primeros años del boom del turismo y como eso ha repercutido en las frecuencias de los viajes por mar. “Ahora parece imposible pero estamos hablando de que en aquellos años el último viaje era a las cinco de la tarde y apenas había cuatro conexiones y que solo había dos barcos de carga al día y ahora prácticamente hay una cada hora”.
Algo que, según Rafael Cardona, también ha repercutido en los cambios en los barcos que, como curiosidad, todos llevan el nombre de un lugar de las Pitiusas más el sufijo jet. “Hemos pasado de un barco de madera con dos motores de 600 CV a embarcaciones de último modelo cuya vida útil ya no supera los diez años y con motores que apenas duran cuatro o cinco”.
En este sentido, el gerente de Trasmapi, cree que de momento el futuro de estas embarcaciones para por los bio combustibles y no por la energía eléctrica. “Lo veo realmente complicado por el sobrepeso que generarían las baterías y que afectaría fundamentalmente a la velocidad y la carga y porque harían falta importantes instalaciones que de momento parecen inviables”.