Asesinato

El jurado considera culpables a los cuatro acusados de matar a Javier Ardines

Los 9 miembros del jurado consideran unánimemente probados los hechos que vinculan a Pedro Nieva, Muguruza, Kelli y Benatia con la muerte violenta del concejal. Solo un hecho consideran no probado.

Arturo Téllez

Oviedo | 01.12.2021 18:41

El jurado considera culpables a los cuatro acusados de matar a Javier Ardines | Captura de pantalla de la Audiencia Provincial de Asturias

Más de 48 horas después de deliberaciones fraguan en un veredicto que considera todos y cada uno de los acusados de la muerte violenta de Javier Ardines en la mañana del 16 de agosto de 2018. El jurado considera culpable a Pedro Nieva como inductor del asesinato; a Jesús Muguruza como persona que contribuyó a causar la muerte; a Benatia y Kelli como responsables de la muerte violenta de Ardines. En la lectura del veredicto, el elegido como portavoz de los nueve ciudadanos da por probado que Nieva sufrió un punto de inflexión en la relación con su esposa Katia tras comprobar la relación sexual con el concejal llanisco, algo que Pedro probó con una grabación de móvil necesariamente realizada de forma intencionada. Pedro fue incapaz de asumirlo y preguntaba a Katia por si se iba encontrar con el "pescador" en relación a Ardines, como ejemplo el control sobre su mujer. El jurado da por probado que Pedro contactó con Muguruza para encontrar sicarios que maten a Ardines. Los elegidos son Kelli y Benatia. Diversas grabaciones telefónicas peritadas por la Guardia Civil y las declaraciones de los acusados ante la juez de Llanes sustentan, para el jurado, el rencor de Pedro hacia Katia y el encargo a cargo de un precio para matar al edil mediante una emboscada. Muguruza participa en la planificación de los hechos y el pago por el crimen.

El jurado considera probado que Kelli y Benatia tendieron una emboscada utilizando varias vallas para impedir la salida de Ardines de su casa. Utilizaron gas pimienta, le golpearon en la cabeza y terminaron estrangulándolo hasta la muerte, no necesariamente instantántea. Como base aluden a la ubicación de móviles vinculados a ellos en la zona y el registro en cámaras de autopista de su regreso a Bilbao.