Hace más de un año se anunció el compromiso de derribo. Pero desde entonces se han ido incumpliendo todos los plazos dados. El último es "en verano". Y los vecinos están cansados. Esta tarde se movilizarán para exigir que las promesas se conviertan en hechos. Quieren ser "tratados como adultos", dice Carlos Arias.
Los vecinos han acordado movilizarse cada 15 días hasta que se derribe. Arias cree que esa decisión podría cambiar si ven algo real, como la licitación del derribo. Advierte que tras 25 años cerrada y sin mantenimiento la nave supone cada vez un peligro mayor para los vecinos y colegios del entorno.
Desde el equipo de gobierno se recuerda que la tramitación de este proyecto ha resultado complejo y asumen que se está tardando más de lo que les gustaría. Pero también recuerdan que ellos son los que están haciendo algo. Sin embargo, desde la asociación vecinal explican que llueve sobre mojado en el barrio. Son muchos proyectos anunciados que no acaban de materializarse y están cansados. Reina la "desconfianza y la frustración".