A todo gas
Berta se subió a una moto por primera vez a los 5 años. Seguía los pasos de su padre y a base de esfuerzo y constancia ha ganado todo en Asturias y es una de las PROMESAS DEPORTIVAS del motocross a nivel nacional. Está en el top ten.
A sus 16 años es consciente de las renuncias que debe hacer, pero ha elegido un deporte complicado. Más de lo que la gente cree. Muchas horas de entrenamientos, gimnasio y competiciones que le dejan poco tiempo libre y le exigen una gran preparación física y mental. Pero lo lleva bien y hace lo que le gusta. Es una parte importante de su vida.
Los amigos están fuera de la pista, donde hay un gran ambiente, porque una vez que la adrenalina entra en escena cada piloto va a por la victoria. Los nervios se notan desde el principio, pero Berta no piensa en el resto, solo en las curvas y en buscar los límites, de lo que dan fe sus fracturas de huesos. Una lesión precisamente le impidió convertirse en la primera piloto asturiana en participar en el campeonato del mundo.
Berta quiere seguir compitiendo y ligada al motocross aunque sabe que es muy complicado poder vivir de ello. Su sueño es poder compaginarlo con su trabajo en un futuro. Quiere hacer ingeniería mecánica.
El motocross ha sido tradicionalmente un deporte "de chicos" pero siempre se ha sentido respetada en el circuito. Anima a todo el mundo a probarlo, aunque en Gijón no hay muchas opciones para iniciarse. Hay un par de circuitos. Para una deportista a la que le gusta conocer bien los circuitos en los que corre (cada uno es diferente) sería bueno que la ciudad apoyase más este deporte. Es muy completo, te hace madurar y es muy divertido.
Y como curiosidad. Aunque en competición no va precisamente lenta, sus padres no le dejan aún sacarse el carnet de moto...