REGIOlab ha comparado dos situaciones. Un escenario en el que ArcelorMittal acomete la inversión en el DRI (casi 800 millones de euros) y uno en el que no la hace y nos quedamos como estamos. La diferencia entre uno y otro se traduce en más de 4.000 empleos y un 1´6 por ciento del PIB. Es decir. Si no se acomete la inversión estaríamos dejando de generar 4.243 empleos y perderíamos un aumento importante de nuestro PIB.
Las consecuencias de esta decisión de ArcelorMittal se notaría fundamentalmente en las instalaciones que la propia compañía tiene en la región, y se prevé tanto una disminución una su producción como un ajuste de gran calado en su plantilla. Sin embargo, cabe esperar también que este frenazo a la inversión en DRI genere además efectos indirectos en otras ramas de actividad: las factorías de Mittal en Asturias consumen los bienes y servicios producidos por otros sectores para desarrollar su actividad (energía, materias primas, minerales o servicios de transporte, por ejemplo) que también van a verse afectados. A su vez, estas actividades emplean la producción de otras ramas en sus procesos de fabricación, existiendo un efecto multiplicador que se une al impacto inicial derivado de esta paralización de las inversiones. Conclusión: el impacto sería general.
En el empleo el impacto se centraría fundamentalmente en Gijón y Avilés, donde la compañía tiene plantas. Pero las consecuencias se extenderían a todo el área central de Asturias. Esto se debe, nos explica uno de los autores del estudio, Esteban Fernández, al "ecosistema" que ha generado ArcelorMittal. Su efecto es muy positivo cuando las cosas van bien porque tira de toda la economía. Pero cuando van mal...De hecho, en un escenario aún peor, uno sin la presencia de la multinacional en la región, los efectos serían devastadores. Aunque no ha sido aún objeto de análisis, Esteban Fernández cree que provocaría una crisis similar a la reconversión industrial o al cierre de las minas.
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