CONCEJAL DEL PP

Jorge Pañeda, el concejal que puede hacerse el sueco

Jorge Pañeda debuta en la corporación como concejal de deportes y educación. Ambas áreas son de las exigentes en cuanto a tiempo y proclives a la crítica. Es consciente de lo que el cargo supone y tiene "espaldas anchas" para llevar los reproches. Conocemos un poco mejor al único concejal de Gijón que, es complicado equivocarse, sabe sueco.

Guillermo Figueroa

Gijón |

Relacionado con el mundo empresarial, Jorge reconoce que entrar en política te desconecta de la vida profesional privada. Lo ha intentado compaginar, pero finalmente está al cien por cien con el Ayuntamiento. Y se da cuenta de que el estrés que vivía antes era peccata minuta comparado con lo que vive ahora. Las agendas de un político son complicadas, más cuando llevas áreas como deportes, con tantos eventos. Aunque su familia no lleva del todo bien verle tan poco, están contentos por él, afirma.

La política es muy vocacional. Se pierde calidad de vida. A él le vino, como a tantos otros, por casualidad. Fueron sus padres los que le metieron el gusanillo y le llevaron al PP, donde hacía falta gente de mediana edad. Una vez dentro engancha. Porque puedes ayudar, siempre que cuenten contigo, que no pasa siempre. Como concejal lo que peor lleva son las críticas que recibe de colectivos que "no saben de lo que hablan". No hace mucho caso a los reproches, aunque comenta que las suele analizar todas e intenta mejorar cuando es posible.

El área de deportes es donde más cómodo se siente porque se define como un apasionado de los deportes, en general. Balonmano es lo que más practicó, aunque estuvo ligado a muchos. Pese a lo apretado de su agenda, necesita sacar tiempo para seguir practicando deporte (aunque sea en el gimnasio) porque le ayuda a desconectar. Duerme menos para conseguirlo. Otra cosa para la que intenta sacar tiempo es para sus creencias. Es una persona religiosa.

El edil rememora además sus historias de la mili, en la que coincidió con el actual Rey de España. Reconoce que no se lo pasó bien, pero ironiza que fue el que más guardias hizo de todos sus compañeros. Guarda buen recuerdo del colegio, el Corazón de María, aunque en su época los curas pegasen primero y preguntasen después. Jorge Pañeda recuerda además sus tiempos de tertuliano en Onda Cero (amenazando volver cuando finalice esta etapa), aunque no es lo mismo opinar sobre política que ejercer la política.

Lo más llamativo de José Jorge Pañeda (aunque el José no lo use nunca) es que el sueco es su segundo idioma. Una mezcla de trabajo y amor le llevaron hasta el sueco. Pero dominarlo no le hace montar mejor los muebles de Ikea. Es lo sabe hacer porque es habilidoso.