Su responsable, Alicia Quesada, querría que el futuro Albergue de Animales sea más accesible. El actual no cuenta con servicios de transporte público cerca, lo cual complica la llegada de ayuda por parte de voluntarios o que se acerquen personas interesadas en adoptar a alguno de los 160 perros y 55 gatos que acogen actualmente. Esa accesibilidad es importante, pero las instalaciones no pueden estar cerca de zonas habitadas porque es un servicio que genera ruidos y residuos específicos. La decisión es del Ayuntamiento, dice Quesada.
Lo que espera la Fundación Amigos del Perro es tener un edificio coherente. Las actuales instalaciones estaban mal pensadas desde el inicio, dice, con las zonas de cuarentena a la entrada, cuando deberían estar aisladas. También piden jaulas más luminosas y seguras, aunque sin tantas rejas como las actuales.
Quesada nos cuenta que es muy complicado realizar su labor ahora mismo. Lo hacen porque no les queda otra, pero el albergue está plagado de problemas. Reparas uno y surgen tres nuevos, lamenta. Confía en que las nuevas instalaciones sean una realidad lo antes posible, aunque da por hecho de que les queda aún un tiempo en Serín. No ve posible tenerlo listo en 2025.
Además, los Amigos del Perro denuncian que se sigan abandonando animales. La nueva Ley de Bienestar Animal no ha tenido efecto en la prevención, y no han notado menos abandonos, nos cuentan.